Los serenos en Lorca, los inicios de una profesión

Los miembros que lo integraban pasaron enseguida a ser conocidos popularmente como «serenos» porque durante la noche gritaban desde la calle, para informar al ciudadano que estaba descansando en casa, de la hora que era y del estado meteorológico.Las primeras ciudades que desarrollaron un cuerpo similar al creado oficialmente en el año 1844 fueron Valencia(1834) y Murcia(1785).

A la región lorquina y en concreto a la Ciudad de Lorca llegan los serenos sobre la mitad del siglo XIX, aunque poca evidencia queda de ellos a excepción de algunas citas de la época y de noticias de principios ya del siglo XX que recogen diversos medios de comunicación.
Así pues hemos recogido a través de la ayuda del Archivo histórico de Lorca varios recortes de prensa en los que queda evidencia del personaje del sereno en Lorca, así como también otras referencias que nos ayudan a indagar sobre el origen de este cuerpo en Lorca.
Siguiendo a las obras de los lorquinos Francisco Canovas Cobeño y la del cronista José Maria Campoy García, el reglamento de serenos en la población de Lorca se aprueba el día 18 del mes de Noviembre del año 1863. Otra referencia sobre la creación en Lorca del cuerpo de serenos la tenemos en el diario de José Musso Valiente, en el cual escribe el 27 de Julio del año 1832 lo siguiente: “Particularidades en Lorca”. Durante mi ausencia se han establecido serenos en el pueblo”. Hasta aquí las referencias que tenemos sobre el origen del cuerpo de serenos en Lorca que al parecer y tomando como referencia a Musso Valiente debió ser creado sobre las postrimerías de los años 30 del siglo XIX.
Sobre las funciones qué tenían los serenos lorquinos y cómo vestían encontramos un pequeño párrafo en la obra de la escritora lorquina Pilar Barnés “El gozo de mis raíces y su entorno” que nos muestra e ilustra muy bien esto:
“El encargado de vigilar las casas durante la noche es el sereno. El de mi barrio se llama Leandro. Avisa si descubre algún robo, si encuentra una puerta abierta; al médico, al sacerdote o si hay alguien necesitado de sus servicios”.
Viste con largo tabardo y gorra de plato. Arrastra una especie de pica, que nosotros lo llamamos chuzo, por los guijarros de las aceras empedradas. En su recorrido canta la hora y el tiempo que hace: “Las doce y raso” o “Las cinco y lloviendo. ¡Madre mía como voy”
Los serenos dependían económicamente de los Ayuntamientos de cada población.

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