JOSE LUIS GARCIA PEREZ, UN AGUILEÑO EN LA SELECCIÓN ASTURIANA DE BALONCESTO
La semilla plantada por el CB Águilas da su fruto en Asturias. El aguileño José Luis García Pérez, de 15 años, debutó con la Selección Asturiana de Baloncesto el pasado lunes 2 de noviembre en partido amistoso, en Mieres (Asturias)
El deporte aguileño está de moda y sus deportistas, formados en una de las canteras más prolíficas de la región de Murcia, también lo están. Águilas, además de ser una de las sedes más importantes de España en disciplinas como triatlón, fútbol sala, padel o vela, cuenta con deportistas que, además de luchar por conseguir pequeños logros cada día que les acerquen a sus metas, dejan el pabellón aguileño muy alto, con la premisa de que son lo que son porque aprendieron a serlo en las categorías inferiores de su pueblo.
Ejemplo de ello es José Luis García Pérez, aguileño afincado en Sama de Langreo (Asturias) desde 2013, año en que entró a formar parte del OCB (Oviedo Club Baloncesto), equipo al que perteneció durante dos temporadas, pasando a las filas del CB Laviana esta temporada.
Hace ocho años que se dedica al baloncesto en sus ratos libres, por vocación y con pasión; podría ser de esos que sueñan cada día con convertirse en un Felipe Reyes o en un Gasol, pero él lo tiene claro: juega al baloncesto porque le nace de dentro; porque, como él suele decir, “es un modo de vida”. Sabe que muy pocos llegan a tener un nombre propio en este deporte, pero aún así, dedica más de 8 horas a la semana a entrenarse para darlo todo en la cancha en cada partido. Lucha cada día por hacerse un hueco entre los mejores de Asturias, sin rendirse, sin desanimarse. Y este año, un año de cambio de equipo para él, ha conseguido lo que califica de “gran éxito”: ser convocado por la Selección Asturiana de Baloncesto para entrenar con los mejores de su categoría y debutar, junto a otros 13 jugadores, en partido oficial. Sabe que puede ser ésta la única vez que vista la camiseta de la selección regional de su tierra adoptiva. Por eso repite sin cesar que, solamente estar entrenando a las órdenes de Óscar Moro, seleccionador regional, ya es un éxito que muchos quisieran vivir y aprovecha cada minuto de esas citas semanales que le saben a gloria.
Domingo Jerez, su entrenador en el CB Águilas desde la categoría benjamín hasta la infantil, nos habla un poco de él: “José Luis empezó a practicar baloncesto en la Escuela Municipal de Águilas en la temporada 2007-2008, entrenando con jugadores de mayor edad que la suya. En esa época, ya se veía a un niño que tenía pasión por el baloncesto, que apenas faltaba a los entrenamientos, y que no tenía miedo ni vergüenza de “jugarse sus tiros”, siendo estas dos cualidades muy importantes para que un jugador progrese a nivel deportivo. Otra cualidad innata en él, si cabe más importante, es su carácter extrovertido, lo que seguro le ha ayudado mucho, junto con el baloncesto, a adaptarse más rápido al cambio de residencia, ¡y de clima!”.
Cuando hablamos de sus primeros pasos en este deporte, a Joselu (bautizado con este nombre por sus compañeros asturianos) le brillan los ojos de satisfacción al recordarse en el eterno pabellón del polideportivo aguileño junto a sus amigos del cole, los que fueron durante cinco años de su vida, compañeros de equipo además de amigos. Tiene claro a quién le debe la pasión que le corre por las venas cuando habla de baloncesto: a su familia y a su entrenador en el CB Águilas durante todos esos años, Domingo Jerez, quien les enseñó a respetarse como compañeros, a ser caballeros en la cancha y fuera de ella; les inculcó el valor del trabajo y el esfuerzo, y a no rendirse jamás: pasara lo que pasase había que seguir adelante. Cosa que tenían muy clara, porque durante esos años, el equipo cosechó no pocas derrotas. García Pérez recuerda, con una sonrisa en los labios, las lágrimas que les caían a casi todos después de cada partido perdido, y cómo se prometían a ellos mismos ganar el siguiente en cuanto se recuperaban del disgusto.
Y así permanecían todos unidos, de la mano de su entrenador, que dejó en ellos la huella de la perseverancia y el esfuerzo en el trabajo, cualidades que han ayudado a que este jugador haya conseguido un pequeño éxito en un mundo tan grande y que se lo dedique a Águilas y a todos los aguileños. Domingo Jerez recuerda esos días: “Cuando compitió a nivel federado, desde benjamín hasta pre-infantil, le tocó vivir una época donde la mayoría de los partidos acababan en derrota, pero aún así aprendió valores como la superación, el compañerismo y la responsabilidad. Por eso no me extraña que, con un poco de suerte, vaya a tener la oportunidad de disputar un Campeonato de España de Baloncesto. Es más, me alegra enormemente, y sólo me queda desearle buena suerte y que todo le vaya genial”.
Desde Águilas, su pueblo, que le vio nacer y crecer como persona y como jugador, le deseamos toda la suerte del mundo.
Isabel María Pérez Salas.
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