“En Águilas hay aún muchas cosas por descubrir que enriquecerían el patrimonio de la localidad”
Luis Díaz, sacerdote de profesión y estudioso de la historia de nuestra localidad, no sólo ha sido recientemente reelegido como Cronista oficial de la villa de Águilas -título que ostenta desde hace doce años-, sino que lleva a sus espaldas la publicación de quince libros relativos a la historia de nuestra localidad y en las próximas semanas presentará su último ejemplar, cuya temática es la espartería en Águilas en los siglos XVIII, XIX y XX.
Como dice el autor, se trata más de una compilación de apuntes ya que toca lo esencial, ya que, para ser más concreto, debería ser más extenso. Habla lo esencial de esta actividad que resultó ser una fuente de ingresos para nuestra economía y desarrollo. Con la ayuda inestimable de su archivo particular, se vale de éste para elaborar sus publicaciones, compilación que “me costó muchos años de hurgar en Lorca y su archivo. También me he desplazado a Madrid, a Simancas y Valencia” Cuenta esta última publicación que será presentada en breve – la próxima semana- con un interesante apéndice dedicado al ayuntamiento definitivo de la localidad y con una recreación de grabados antiguos que lo ilustran. Así, confesaba a nuestro equipo que ha quedado muy satisfecho con este nuevo proyecto y estamos seguros de que, tal y como dice, le ha salido “una joya”.
Pregunta-.Doce años le habrán dado para mucho, como para conocer a fondo la evolución histórica, económica y social de este municipio. Águilas caminó en la espartería, en la agricultura… En su opinión como experto…¿hacia dónde cree que camina nuestro pueblo ahora?
Respuesta-. Creo que Águilas ha perdido el tren del turismo, que comenzó en los años ochenta y, por diversos motivos, la gente se fue a otros lugares de poniente y levante.
Está, a mi juicio, en un periodo de estancamiento debido a la contaminación acústica y la dejadez que espanta al turismo que realmente deja dinero. Así, pienso que el futuro de este pueblo está en la agricultura.
P-. Otro de los puntos que ha tocado como cronista ha sido las distintas restauraciones e intervenciones que se han realizado en edificios representativos de la historia local. ¿Qué nos puede decir al respecto?
R.- La restauración del Casino costó – me refiero a la intervención de los años niventa, desde luego- tanto dinero que la directiva anterior tuvo que dimitir por no verse capaces de hacer frente a los gastos que se generaron aunque, gracias a esa actuación, conservamos este edificio que, de haberse dejado, ahora estaría en ruinas. Donde se apuntaló Pagán. La actual directiva -con Germán Sáez y su equipo- ha hecho que continúe a pesar de los números rojos -alrededor de 100.000 euros de deuda -.
En cuanto al Castillo he de decir que se trata de una intervención que no convence ni a los entendidos ni a la gente sensible del mundo histórico. Ha sido una restauración que ‘hace aguas’ por muchas partes. Por ejemplo, el brocal del pozo del aljibe, creo que fue un error hacerlo metálico así como otras partes como la de poniente, la garita de cobre y la cocina de la parte baja que se cubrió con tabla, cocina que áun conservaba hollín. Verdaderamente, en esa época ya era cronista oficial y no contaron conmigo para nada . A pesar de ello, doné parte de lo que se exhibe tanto en la cocina como en la vivienda del gobernador ( un arma, monedas, libros…). Por otra parte, los paneles informativos, en mi opinión, están también equivocados porque apenas de habla de Robles Vives y ponen a un Rey Carlos III viejo y decrépito cuando hay cuadros más acertados que reflejan su vitalidad. Pienso que deberían haberle dado otro aire muy distinto al que tiene.
En cuanto Cope, es una lástima que se esté desmoronando la fachada Sur. ya que se llevó a cabo una restauración donde no se invirtió lo necesario. Creo que la Región nos tiene bastante abandonados y mucha gente de Águilas estoy seguro de que hubiera elegido ser almeriense en lugar de murciano debido a esta desidia.
Hay patrimonio abandonado como tres fuentes del cabezo de Cope que son maravillas naturales ya que, a cuatro metros de la lengua del mar, nace una maravillosa y natural agua destilada. Actualmente, fruto de esa dejadez e ignorancia, esas fuentes están anegadas por las basuras y los desperdicios.
P.- Hablando de otras restauraciones como la Iglesia de San José…
R.- Una de las cosas que todo restaurador debe saber es que tiene la obligación de respetar la originalidad del edificio. Es decir, que si se construyó a mediados del siglo XIX tendría que haberse quedado con la silueta decimonónica.La parte norte sí ha quedado mejor pero el interior, aunque se conserven los arcos de las naves, no sé hasta que punto es acorde a lo que había antiguamente de una iglesia que se encuentra entre dos estilos: el colonial y el barroco.
Águilas no ha tenido suerte con las restauraciones que ha sufrido en sus edificios.
Por ejemplo, cuando escribí Águilas en la guerra y posguerra, además de las actas conocí a gente que sufrió en sus propias carnes la tragedia y combine datos históricos con testimonios de la gente de la época. Por eso me dijeron que esos libros que tenían que pasar cien años para que se escribiera, y yo lo escribí hace quince.
P.- Son muchas sus publicaciones hasta el momento… ¿cuántos libros ha escrito hasta este momento?
Pues esta última publicación sería la decimosexta.
R.- ¿Cúal de sus obras consideraría usted como predilecta?
Al libro que más cariño le tengo, sin duda, es al de “Águilas en los vaivenes de la historia”,acerca del cual Félix Pareja Muñoz, gran investigador y predecesor mío, dijo que “era de cosulta obligada para quien estuviera interesado en los inicios de las Águilas antiguas y su evolución”.
P.- Como usted mismo ha apuntado, lo relativo a Águilas en materia archivística se encuentra en su totalidad en Lorca…¿Cuándo se independizó Águilas de Lorca?
R.- En junio de 1834, hecho que debería ser celebrado como en otros municipios como sucede con Puerto Lumbreras, por ejemplo. En uno de mis libros relato la lucha entre Lorca y Águilas porque esta primera no quería desprenderse de nuestra ciudad. Como también menciono a la pedanía de Jaravía, que también perteneció a Águilas y que proporcionaba riqueza a la localidad.
P.- Ha hablado de García Antón, creador de un interesante libro que se ha hecho desaparecer… ¿conoce el libro? R.-En efecto, y fue Antón quien descubrió que no fue Carlos III – cosa que se daba por hecha hasta aquel momento- quien mandó construir nuestro baluarte sino Fernando VI, hallazgo que realizó en Simancas. Así, desmanteló laa teorías antiguas de que se trataba de una fortaleza árabe, descartando también a Carlos III y a Floridablanca. Asimismo desmantela leyendas como la de San Indalecio y desmiente que Águilas romana fuera municipio. Aquilae fue un villorrio de unos 200 habitantes donde venía la gente a divertirse y descansar.Tiempo después, los marinos, cuando se marchaban, y que habían estado aquí -hablamos de los siglos III y IV- antes de marcharse, invocaban a Neptuno y echaban una moneda al mar.Y hago este apunte porque en el último dragado que se hizo en nuestra bahía salieron cantidad de monedas romanas y piedras jaquecas, caparazones de una cierta esoecie de molusco que se usaban para tratar dolores de cabeza y que se creía que tenían la capacidad de dar suerte a quien las tenía.
P.- ¿Águilas esconde aún, bajo su criterio, tesoros ocultos?
R.- Por supuesto que sí. Por ejemplo, en la Isla del Fraile, cuando se excavó en 1990, descubrimos trozos de mosaico, lo que quiere decir que hay una villa romana allí, mosaicos que doné al museo. Y estoy seguro de que en la parte de tierra hay una necrópolis.
Otro sitio donde habría que actuar es en la Casa grande de Balaguer ya que se construyó treinta años antes que el Castillo. En sus terrenos hay una balsa circular también de época romana que sería interesante redescubrir.
Y, sin lugar a dudas, debajo de las actuales casas de los antiguos ingleses podría encontrarse mucho porque se edificó sobre una villa romana. De este modo, limpiando esas ruinas del siglo XIX se podría sacar la villa. Y eso es algo que se sabe a cuencia cierta por las teselas de los mosaicos.
También sería interesante, entre las diferentes cosas que se podrían hacer en pro de nuestro patrimonio, elaborar un plano sobre Aquilae y sobre este, una maqueta, como se ha hecho en otraa ciudades como, por ejemplo, en Cartagena.
Así que me gustaría que se hiciera más por lo que tenemos en nuestra localidad y que se está perdiendo. Como decía Unamuno “me duele España”, yo le tomo la palabra y digo que me sucede lo mismo con mi pueblo, que me duele.