La política aguileña navega en un mar en calma
Decía Galileo Galilei que “hay dos mentes políticas: una apta para crear fábulas y otra dispuesta a creerlas”. Y es que me da el pálpito de que los grupos políticos están jugando al despiste y nadie dice realmente lo que piensa, que, sin embargo, es lo que el ciudadano ansía escuchar.
A falta del clima de crispación propio de una precampaña, la confusión parece ser al nota predominante, sobre todo en el Partido Socialista, donde han marcado un libro de ruta basado en rentabilizar los posibles errores del actual equipo de gobierno. Así, las propuestas- vacías de contenido, excepto aquella en la que han hecho referencia a la creación de un vivero de empresas- de los de Ramón Román están pasando desapercibidas en el gélido panorama preelectoral.
Tal vez, la cada vez más aguda bicefalia en el seno del grupo socialista, está llevando su secretario general a ser cauto, a limitarse a “cumplir”; pero el tiempo pasa y el último sondeo realizado por un grupo independiente los coloca en segunda fila, cuando un año atrás rozaban la mayoría, sin verse obligados a pactar con Izquierda Unida.
Este mes de diciembre, con la presumible presentación de los grupos independientes MAS, PDIA y MIRA, la precampaña debería dar el pistoletazo de salida, aunque mucho me temo que estamos en la antesala de una buñuelesca guerra de los mundos
El Movimiento Aguileño Socialdemócrata (MAS), parece ser el único de estos tres grupos que tiene las ideas claras y actualmente está inmerso en la elaboración de un proyecto que esperan tenga continuidad en el tiempo.
Por su parte, el MIRA, a pesar de que un cierto comunicador local ha convencido al bueno de Zapata, en el grupo no lo tienen muy claro, ya que estructuralmente vuelven a partir de cero: una sede que acumula más de tres años de telarañas; un buen puñado de transfugas; la falta de ilusión, que no de terrenos para recalificar; una gestión más que cuestionable por parte de sus concejales, integrados en el equipo de gobierno; y un “no” rotundo por parte del edil de Deportes, Diego Parra, al que han mareado con ir de cabeza o de número dos.
Por último, el grupo Partido Popular, a pesar de pecar de una cierta actitud maximalista, está cumpliendo al 100% el programa electoral, sin caer en comedietas baratas, tales como el “Cabo Cope parlante” o el hospital prometido por los socialistas.
En fin, propongo un pacto de no agresión entre los partidos que van a competir en las urnas el próximo mes de mayo. Y es que, una precampaña limpia, sin bofetadas y, sobre todo, con hechos que no propuestas facilonas, debe garantizar una respuesta del electorado, cuya abstención en estos comicios podría superar el 50%…