La comunidad inmigrante se suma a la Navidad
Aunque los extranjeros no participen del espíritu navideño, sí lo hacen del lado social de la fiesta
En la imagen, un establecimiento dirigido por inmigrantes argelinos
La comunidad extranjera residente en Águilas también vive la Navidad como cualquier otro ciudadano. Por supuesto que en el caso de inmigrantes de países donde la confesión religiosa es la misma, la celebración tiene igual significado, cumpliéndose, por tanto, los mismos patrones de comportamiento sociales y litúrgicos.
Sin embargo, en muchos casos no los pueden llevar a cabo, pues según afirman algunos de los encuestados, “no tenemos aquí a nuestras familias”, por lo que ese espíritu de conciliación desaparece.
En el caso de extranjeros no confesionales, como es la comunidad árabe no católica, ya que dependiendo de los lugares desde donde proceda cada inmigrante en cuestión, será así o no, las circunstancias cambian, teniendo en cuenta, tal y como afirma el técnico de Inserción Social, Chej Mohamed Habib, que, como es lógico, “el espíritu auténtico de la Navidad no existe”. No obstante, según Habib los hábitos sociales que rodean la fiesta “son adquiridos con el paso del tiempo y se hacen patentes”.
Fiesta para los niños
Dentro de los hábitos sociales que respecto a la fiesta de Navidad adquieren los extranjeros no confesionales, destacan aquellos que van dirigidos a los más pequeños; en opinión de Chej Mohamed Habib, “sobre todo aquellos relacionados con la costumbre de hacer regalos a los niños”. Asimismo se cuentan como costumbres pronto imitadas las que apuntan hacia las reuniones familiares, de amigos, etc.
En suma, la parte social de la fiesta es la que se asume con el paso del tiempo y conforme se va conociendo, una vez pasado el choque inicial.