Quiero a la Gemio
Son los sábados de cada mes. No descansa ni en fiestas. La señora Gemio habla por la radio y habla como para aburrir a los centollos. Ya la conocen, sí hombre, la de los programas espectáculo de la tele, de los que es mejor no recordarse, vamos. Los inicios de la tele-basura, para ubicar mejor al personaje y su circunstancia.
Ella siempre empieza preguntando a los invitados algo así como : “¿ como estaaaaaaá…. ? con una cadencia casi inabarcable, como cuando la Montiel, la abuela Montiel, se repasaba el paladar con la lengua antes de articular una palabra. Tal para cual. Pero la Gemio tiene retos en el terreno de la comunicación, por ejemplo: hacer llorar a un capitán de la Legión destacado en el Líbano. El otro día lo intentó pero el oficial le salió bravo, no como a ella le gustan, para redondear un programa: blanditos y que se dejen llevar por sus simples preguntas (¿o eran preguntas simples?) .
Parece incluso, desde la distancia, que se le pone húmeda algo más que la lengua cuando habla con un guapo como Banderas. Consiguió el otro día la exclusiva de su vida: que el nene de la duquesa confiese que se ha metido lo que no está escrito; pero luego ella pide a sus compañeros que nadie se aproveche de su portada radiofónica, tambalea a la más grande de España como si una muñeca de trapo (o la reina de Inglaterra) fuera y pide que se respete al muchacho que ya se está alejando de los caballos.
Pero me dan miedo esas risotadas estentóreas : jaaa, jaaa jaaa, que hacen vibrar al micro hasta tambalearlo, como si lo viera y que seguro meten miedo a los invitados : “qué vendrá ahora, dios santo, cómo se ríe esta señora, dónde me he metido… quién me mandaría…..”.
También son insufribles los programas donde se solidariza, sin que nadie se lo pida, con los transexuales de un barrio del sur de Oviedo, como dando aspecto de ONG unipersonal; practica un feminismo excluyente y agresivo trayendo a la radio a mujeres muy golpeadas, haciéndose una con ellas, reclama la importación de cubanos enolmes para solaz y regocijo de cincuentonas necesitadas. Ella sabrá . Y es que en la radio hay que documentarse…..
A pesar de ello, tiene una especie de imán para los que necesitan que se les escuche, al menos semanalmente, aunque no tengan ya mucho que decir, como Bono, don José ; bueno el imán no es ella sino su micro a las 11 de la mañana de cada sábado del año porque esté ella o esté la Leticia Sabater , Bono sí que tiene el mérito de haber puesto en aprietos al Sr.Trillo, pero lo que tenía que decir ya lo dijo, sólo viene repitiéndose desde hace meses.
Hacerse valer como comunicadora para llegar a los bajos fondos de cada uno, para intentar conseguir la lágrima fácil de la señora Maruja, para blandear la radio hasta derretirla , para hacer una cosa como aquella de la carta que iba y ponía frente a frente a padres con hijas repudiadas decenios atrás, a maridos escapados que volvían de su mano a casa de su primera señora, una vez recorrida España y parte de América, de cama en cama, y últimamente a sufridos trabajadores suramericanos que no veían a sus hijos, en un alarde de sensiblería ñoña que parece su cédula de identificación.
Por eso quiero a la Gemio, porque hace la función que nadie más hace, porque es capaz de hacer lo que a cualquier otro se le caería la cara. Poder entrevistar a un enfermo terminal en los últimos minutos seria la meta ideal no alcanzada aún, pero creo que está en ello ; ay, si hubiera pillado a Sampedro, el gallego a tiempo, qué entrevista, diosssss…..…..
El autobombo , el reparto de merengues y las grandes dosis de babeo que provoca en los más desprevenidos es extraordinaria, se lo curra, mi Gemio.