Una sublime Procesión del Perdón en el Jueves Santo lorquino
Al escenificar la dominación que en Tierra Santa ejercieron sobre Israel los grandes imperios , la procesión es una catequésis sobre el sufrimiento de Jesús de Nazareth en la noche de su Última Cena, cuando tras haber orado en el Huerto de los Olivos, prendido, azotado, coronado de espinas y cargado con el madero, el Rey de Reyes va a ser enviado a la muerte, y muerte de cruz, para la Redención eterna del hombre
La hegemonía de los imperios de la antigüead volvía a la calle Juan Carlos I representada a la perfección por el Paso Blanco y el Paso Azul. Eso si, con la vista puesta en el cielo, ya que al medidodía llovió, y se procedió a realizar tareas de compactado sobre la arena de la carrera. Por tal motivo, el acceso a las tribunas se tuvo que hacer a través de la acera de la Avenida Juan Carlos I con el fin de facilitar el paso de la maquinaria necesaria para llevar a cabo los trabajos.
La carrera de este desfile arrancó a su hora. En los palcos de la Avenida se vivían los primeros momentos de rivalidad entre blancos y azules.
El Paso Azul empezó a animar el ambiente con su cortejo bíblico. destacando a los emperadores Vespasiano, Tito, Domiciano y Flavia Domicia y Nerva, Trajano y Adriano, en sus carros, que levataron al público de sus asientos. Y es que, los azules destacan por sus caballos, sus enganches usados, un espectáculo.
Llegaron Los Etiopes, fascinantes con sus piruetas y maniobras imposibles sobre los caballos sin montura. Este año se contó con dos ptofesionales de fama mnundial, como fueron Mirón Bococi y Florin Harabor, expertos en volteo cosaco.
Fotos: El Paso Azul en la carrera. Fotos: Estdio 18
La princesa Meiamén desfiló en una majestuosa carroza tirada por esclavos. Su paso por la carrera fue muy vitoreado, ya que muchos de los que integran el cortejo que tiran de grandes maromas son dirigentes de la Hermandad de Labradores, Paso Azul.
Tras la infantería romana se pudo disfrutar de las maravillas del Paso Azul, como el manto de Marco Antonio, bordado en terciopelo grana y oro, destaca un gran medallón central en el que se aprecia a Marco Antonio y Cleopatra en la terraza de un palacio de Alejandría observando la flota de navíos con la que se enfrentarían a la flota romana de Octavio. En esta misma línea, la carroza de Julio César, también se llevó loa aplausos en la carrera.
El cortejo azul, en lo religioso, lo cerró el trono de la Coronación de Espinas, en andas sobre los 88 portapasos con túnicas beige y capa en color granate de gran belleza. Manuel Guzmán Bejarano, de Triana, fue quien ideó el trono del Santísimo Cristo de la Coronación de Espinas.Entre sus obras más destacadas encontramos el paso del “Cachorro” de Sevilla, varios retablos de la Catedral de la Almudena en Madrid o la restauración del paso del Cristo del Gran Poder de Sevilla.
Fotos del Paso Blanco en la carrera
El Paso Blanco se lució en la carrera
El Paso Blanco, dentro de su cortejo religioso, sacó a la calle el Cristo del Rescate, que escoltado por la legión,y portado por 82 costaleros que vestían túnicas moradas consiguió arrancar aplausos de ambos lados por tan gran espectáculo. Al igual que el hermoso trono de la Oración en el Huerto. También hubo que destacar los carros del Imperio Romano, todo un espectáculo.Pero, sobre todo, el público vibró con una impresionante la caballería de la Visión de San Juan, con diez simbólicos mantos, piezas únicas del majestuoso bordado lorquino. También, el paso Blanco sacó el Caballo del Respeto, que destaca por su elegancia y por ser el único del desfile que no lleva montura.¡ Volvió a merecer la pena en este desfile ver a la reina de Saba, con una espectacular túnica de raso blanco que está bordada en oro y sedas, bajo inspiración egipcia. Las figuras de gansos con alas desplegadas y cola de serpiente simbolizan al dios Amón.
La solemnidad y alarde de barroquismo del Paso Morado
El Paso Morado cada año recorre las calles con un orden lleno de solemnidad y un característico ritmo sereno durante el Jueves Santo, en la Procesión del Perdón que parte desde la Iglesia Parroquial de Ntra. Sra. Del Carmen.
En un alarde e de barroquismo procesionó con su titular, el Cristo del Perdón, la Virgen de la Piedad, el conjunto escultórico del Calvario y la Santa Cena, con San Felipe, que se incorporaba este año a la Mesa de los Apóstoles casi un siglo después. Cabe destacar que la solicitud de devolución se apoyó en un informe del Archivo Municipal que planteaba la «conveniencia de que un bien artístico que se encuentra desgajado del conjunto volviera a ocupar el lugar que le corresponde».

La obra del italiano Nicolás Salzillo, padre del imaginero Francisco Salzillo, la más antigua que procesiona en España, fue realizada en 1700, hace 322 años y el pasado Jueves santo por la noche abrió la participación del Paso Morado en la procesión del Perdón.
Este paso fue la primera obra que Salzillo padre (1672-1727) hizo a su llegada a España por encargo de la cofradía murciana de “Nuestro Padre Jesús” y fue comprada por la cofradía lorquina del Paso Morado en 1793, por lo que es también el paso más antiguo de la Semana Santa de Lorca,.
El conjunto está formado por trece imágenes, de las que se conservan nueve de las originales y el resto son del escultor contemporáneo José Jerique, aunque en 2006 fue localizada en el Fondo Cultural Espín de Lorca la talla primitiva de San Felipe, que se creía desaparecida, pero que no ha sido incorporada en las salidas en procesión del paso.
«La Santa Cena” se ha convertido en los últimos años en uno de los reclamos turísticos de la Semana Santa lorquina, ya que la composición de la mesa, con manteles, vajillas y viandas reales, incluido un asado de cordero despierta el interés de los visitantes a la iglesia de El Carmen.
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