De guante blanco

Pues sí, parece que algunos dichos populares son ciertos y hay más ladrones de los que nos creemos , y donde menos se los espera uno. Y es que, hasta los que van por la vida con el aval de ser oenegé, nos roban a la más mínima, los muy joputas. Acaba de darse el segundo o tercer escándalo en una organización no gubernamental con fines benéficos. Sólo este año, y van tres meses y pico. Y se vuelve a destapar que los responsables tiraban de la caja para sus asuntos, o los de sus empresas más de lo que se esperaba de ellos, que no se esperaba ni que se acercasen a la pasta más que para repartirla ecuánimemente.

Como todo el mundo pensamos, lo peor no es lo que roban sino las consecuencias de ello: que un montón de miserables se quedan mirando para Cuenca, sin ayudas para alimentarse, para vivir bajo un techo de uralita o para educarse mínimamente ; que la credibilidad de tantas oenegés que están trabajando de verdad y con la caja lejos de según qué manos, se pone ahora en duda ; y que la confianza con la que la gente colabora con el resto se empieza tambalear. Con la falta que hacen. Las buenas. Las decentes.

Y todo por culpa de unos cuantos chorizos que antes eran los que en los bancos se llevaban la pasta de las viejas, los que daban talones sin fondos, los que jugaban con la confianza de clientes y proveedores para ganar más de lo permitido, en fin, los chorizos de guante blanco de siempre, que han visto ahora en las oenegés la posibilidad de captar fondos con la foto de un niño hambriento, los joputas.

Una vez llamé por teléfono a Anesvad para ver quién administraba la pasta para resolver la famosa úlcera de Buruli. Me dijeron , muy seguros, que se trataba de una oenegé jesuita.

Esta especificación debía valer como aval. Pero mira cómo han acabado, los muy chorizos.

El caso es que más de la mitad de las oenegés ( 70 sobre 119 ) presentan unas cuentas más que dudosas, o no las presentan, o no pasan una auditoría estricta. Por eso digo que los del guante blanco parecen haberse instalado en estas organizaciones , que ya empiezan con un crédito previo, por dedicarse a lo que se supone se dedican.

Siempre nos quedará el padre Vicente Ferrer, Médicos sin fronteras y unas cuantas más.

Eso, al menos, esperamos muchos cándidos : que no nos falle lo más sagrado, que los que deben hacer llegar nuestras pequeñas aportaciones a esos miserables lo hagan ; que les falta bastante más de lo que a nosotros nos sobra.
Al menos a la casa del padre Ferrer puedes ir a echar un vistazo , a la India, que el hombre te lo agradece si vas a comprobar cómo gasta el dinero. Y a Médicos sin Fronteras les vemos en los reportajes cuando los políticos inútiles forman un pastel gordo y empieza a correr sangre, allí están los chicos de MSF para operar bajo una lona llena de mierda.

O sea, que si nos engañan, no es en mucho. Son como Greenpeace, que también les podemos ver jugándosela ante un petrolero dudoso o ante un ballenero evidente.

Eso nos quedan, evidencias de que existen, al menos. Pero lo que les exigimos es simplemente que su personal cobre lo mínimo y repartan lo máximo donde haga falta.

Esas aportaciones sirven también para calmar muchas malas conciencias que, como se hacía antiguamente con la iglesia, compensan con dinero lo que no cumplen con el prójimo cercano. Y así vamos tirando…

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