Felipe Cano Pallarés “Cano”
Cuarta generación de futbolistas que han jugado en el Águilas
Felipe Cano Pallarés nació en Águilas el 8 de febrero de 1965. Hijo, nieto, hermano y sobrino de futbolistas. Desde muy temprana edad Felipe heredó la afición al deporte especialmente de su padre, también de su abuelo, su tío paterno Felipe, que jugó en Cataluña en 3ª división, así como su hermano Juan Carlos, pues todos vistieron la camiseta del Águilas.
Felipe Cano Pallarés comenta que el mejor jugador de su familia fue su abuelo paterno, Felipe Cano García, (1915–1925), mítico jugador del histórico Sporting Aguileño que escribió páginas históricas. Conserva una crónica del año 1965 donde el periodista local D. Agustín Muñoz hacía mención al fallecimiento de su abuelo Felipe y decía en síntesis: “ha fallecido el antiguo jugador del Águilas, Felipe Cano García, mítico jugador de los años 20 que junto con la saga de los Buitrago, Piri, Rayo, Cruces, y este cronista que escribe formarán uno de los mejores equipos de toda la región del Levante. Felipe Cano, jugador que lo daba todo sin pedir nada a cambio y se caracterizaba por no dejar pasar el balón… ni el jugador. Estuvo jugando en el Granada varias temporadas.
Juan Cano Pereira, padre de Felipe, fue jugador del Águilas C.F. en la década de los 50 y pionero en la práctica del balonmano en Águilas, ya que sus cualidades físicas (altura), le hacían tener cierta ventaja.
En 1983, Felipe Cano Pallarés jugaba en el equipo juvenil de 1ª categoría y fue campeón de liga. Terminó su etapa juvenil y se fue a jugar al Pulpí, ya que este equipo era dirigido por “Nenco” y en sus filas había veteranos jugadores aguileños como Perique y Jacinto, etc… Le sirvió para curtirse y coger experiencia que es lo que su padre quería.
Dice tener varios recuerdos imborrables, el Presidente del Águilas José Mª Sánchez-Fortún “el chusquero” lo fichó para el Águilas C.F. y estuvo jugando 9 años consiguiendo ser campeón de liga con Luis Franco, como entrenador y Alfonso García como presidente. De estos dos presidentes antes mencionados guarda dos detalles los cuáles los ha agradecido siempre. José Mª Sánchez-Fortún (el chusquero) le pagó todas las mensualidades prometidas, pero al acabar la temporada, mandó recado para que Felipe pasara por su tienda de ropa a recoger un sobre. Felipe le dijo que se había equivocado, que ya había cobrado todo pero José Mª dijo que no, que era una paga extra por jugar de titular toda la liga y ser uno de los que menos cobraba por su edad y que seguro que le iba a venir bien.
Con 22 años Felipe sufre una lesión en el campo del yeclano y se rompe el tobillo izquierdo. Tras visitar al doctor Ripoll, éste le dice que hay que operar y rápido. Felipe Cano habla con Alfonso García Zapata y le comenta que no tiene dinero para pagar la operación, ya que un año antes falleció su padre, sus dos hermanas mayores estudian fuera y su madre no puede hacer frente a la costosa operación. Le propone a Alfonso que le pague la operación y se lo descuente de las mensualidades que tenía que cobrar. Alfonso accede sin poner ninguna pega. Al mes siguiente de la operación, fue al campo con muletas a ver a sus compañeros y el contable del Águilas le dice que tiene el cheque del mes para cobrar. Felipe le comenta que no, que Alfonso le pagó toda la operación y no puede cobrarlo. El contable llamó a Alfonso García. El presidente contestó que cogiera el cheque y se los diera a su madre. Y así fue todos los meses hasta el final de temporada. Felipe dice que este gesto humano no lo olvidará nunca. Tardó 6 meses en volver a jugar pero quedó perfectamente.
Después de 9 temporadas, Felipe ficha en el Lorca entrenado por Juan Casuco en su primera temporada. El equipo queda campeón de liga y asciende a 2ªB. En el último partido frente al Cartagena y en el campo de éste, sufre la peor lesión posible para un futbolista, la rotura de meniscos, ligamentos cruzados y ligamento externo. Siete meses después intentó seguir jugando pero al no recuperarse, con 30 años de edad se retiró, renunciando al segundo año de contrato que tenía en el club lorquino. Este gesto hizo que el club, presidido por José Reverte, le concediera la insignia de oro del Club.
Felipe tiene como profesión empleado de banca.
Felipe comenta con nostalgia que siendo muy joven (con 10 años), empezó a viajar en el autobús de los jugadores del Águilas a ver partidos fuera de casa. Su padre le decía, a Lorenzo Abolió unas veces y otras a Pepe Lajarín, que se echarán un ojo al “zagal”. Le gustaba mucho el futbol, (se conocía a todos los jugadores de los años 70 y 80). Como hasta juveniles no había fútbol federado se jugaba en la calle y en el colegio, ya que, en todas las calles se hacían partidos, el pueblo estaba lleno de campos de futbol: el “Campo del Palo”, “los Aspirantes”, “ La Casica del Miedo” y sobretodo la “Estación”. Dice recordar que se enfrentaban unos barrios contra otros y se jugaban las “caseras”, aunque había deportividad y los perdedores también bebían.
Sus primeros entrenadores fueron Sanchís, Jareño, Bernabé Soto y Pablo Pérez. De todos guarda cariño y respeto pero fue este último, Pablo Pérez, con quien que dio el salto en cuanto a que pasó de ser extremo izquierdo a lateral izquierdo. Pablo supo sacar lo mejor de Felipe y corrigió muchos defectos técnicos y tácticos. Felipe dice de Pablo, que fue un entrenador “adelantado” a su época, ya que orientaba a practicar un fútbol de toque y combinaciones, lo que hoy sería “un fútbol moderno”
De sus años en el Águilas recuerda tres momentos buenos: la eliminación de Copa del Rey al Albacete 3-3 en el Rubial. Felipe marcó el gol del empate de falta directa y 1-1 en el Carlos Belmonte en los penaltis, Felipe marcó el 4º. La gente les esperó a las 4 de la mañana para recibirlos, así como el campeonato de liga y play-off de ascenso, disputados en la temporada 92-93. Es nombrado mejor lateral izquierdo del grupo XIII de 3ª división con el trofeo “ser el mejor”. Lo peor fue la lesión que sufrió Manuel Molina (actual secretario técnico de la Hoya), por una durísima entrada.
Preguntado a Felipe qué le ha dado el fútbol, sin dudarlo ni un segundo responde que buenos amigos, y seguidamente hace una especial mención a “Rojo”; además alguna que otra herida de “guerra” por las lesiones producidas, y deja claro que dinero poco ya que en estas categorías se juega por afición.
También tenía inquietud por saber si Felipe querría que su hija/o fueran futbolistas o músicos y nos aseguró que le daba lo mismo, que debían elegir ellos pero sí le gustaría que practicaran deporte.
Felipe tuvo vocación de entrenador desde niño y con 18 años creó un equipo, el Hispania, que quedó campeón de la liga local derrotando a los equipos Río de Janeiro y Confecciones Sánchez-Fortun que hasta entonces eran los favoritos. Felipe recurrió para comprar la ropa a Pedro Bayona Marín, amigo de su familia y hombre volcado con el deporte de base. Al terminar su trayectoria de jugador se saca el título de entrenador y Rafael López Gallego lo ficha como entrenador del Águilas juvenil. Estuvo cinco temporadas, consiguiendo quedar campeón de liga en 1ª categoría y ascenso a liga nacional. De esta liga recuerda la anécdota que en la penúltima jornada visitaba el Rubial la UCAM que había ganado 2-1 en la ida. Trajeron dos autobuses con unas 100 personas. Se les dijo que pasaran por taquilla. No sentó muy bien a los visitantes pero con ese dinero se celebró una cena-homenaje por el título de campeón, pues el Águilas Juvenil ganó 3-1.
Después de desaparecer el Club del Águilas, se mantuvieron varias reuniones en el Casino de Águilas, para intentar fundar otro club y que el fútbol en la ciudad no se perdiera. Fueron muchas las personas que iban a las reuniones, pero solo tres las que al final se echaron para delante: Diego Rubio“Yeyes”, Javier Asensio y Felipe Cano. Se consiguió inscribir al equipo en el último día de plazo en preferente. El Águilas fue campeón y subió a tercera, al año siguiente fue subcampeón y se llegó al play-off perdiendo con el Baracaldo por diferencia de goles. Para Felipe, tanto Javi como “Yeyes” y él mismo hicieron una gran gestión, con una filosofía de cantera que a día de hoy perdura. Nos explica Felipe que cree que no se fue justo con el presidente Javi Asensio, pues para él, siempre tuvo un comportamiento intachable, no siendo correspondido en su día por jugadores y cuerpo técnico.
En el Águilas, dice Felipe que ha hecho de todo: ha sido jugador, entrenador, secretario técnico, delegado y vicepresidente.
Felipe lleva casi 20 años en la escuela de fútbol entrenando. Ha sido presidente, coordinador y entrenador. El año pasado, el equipo cadete logró el campeonato de liga en 1ª categoría y disputó la final regional quedando campeones y representando a Murcia en el campeonato de España. El equipo ganó a Toledo y perdió con el Villareal. Fue una preciosa experiencia.
En la actualidad, Felipe dirige a la selección Murciana del grupo XIII, de 3ª división, que estas navidades pasadas disputó la clasificación en la ciudad de Ceuta. Ante esta selección, Galicia y Asturias, el equipo murciano fue el primer clasificado y prepara la final del campeonato de España en mayo. Felipe solicitará si se puede, que sea en el campo del Rubial.
Felipe dice ser un enamorado del deporte, ha sido colaborador del club ciclista, del club de atletismo, y del de Triatlón. Siempre está dispuesto a ayudar a quien se lo solicita.
Fue miembro de la comisión de la no recalificación del campo del Rubial, y la propuesta del nombre de Diego Calvo al nuevo pabellón. Felipe dice que en los dos casos prevaleció la voz del pueblo.
Dice que seguiría dando “guerra” con permiso de su mujer Mª Dolores y sus dos hijos María y Jorge.
Pertenece a la Asociación Centenario del Fútbol Aguileño, donde destaca a Antonio De La Rosa “Dela” en la conservación de uno de los mejores museos de fútbol de España. También quiere agradecer la gran labor que está realizando en la escuela de futbol su amigo de la infancia Francisco José Buitrago Guillen. Así como a tanta gente por su dedicación por el deporte en Águilas
GRACIAS FELIPE…. por toda una vida dedicada al deporte, por sentir de esa forma los colores del Águilas y por la entrega demostrada a nuestra ciudad.