Sensatez (I)
Gerardo Caíña Lamas
Parece que la sensatez vuelve a la escena política española. Sensatez con Francia, gracias a la visita del Sr. Sarkozy, sensatez con U.S.A. gracias a la visita de la Sra. Condolezza Rice, sensatez con Irán gracias a las conversaciones del Sr. Solana, sensatez con los Palestinos e Israelíes gracias al interés del Sr. Moratinos, sensatez con Cuba gracias a la discreción mantenida, sensatez con Hugo Chávez al criticar sus limitaciones a la libertad de expresión con el cierre de esa emisora, sensatez con la Sra. Merkel, sensatez con el Sr. Erdogán de Turquía, sensatez, sensatez… y a construir Europa como modelo de la vanguardia universal que ella significa gracias al motor de la Grande France, que va en cabeza en eso de la Igualdad, Libertad y Fraternidad, pilares esenciales del estado del bienestar, la excelencia de las democracias.
Por fin la política exterior de España va volviendo al punto de sensatez que todos los españoles pedían y que el Sr. Rajoy supo reivindicar pues no ha bajado ni un ápice el nivel de exigencia en su discurso a lo largo de toda la legislatura ZP en temas de política internacional.
Y si la sensatez vuelve, eso parece, a la política exterior o internacional, ¿volverá también a la política nacional o interior? Supongo que sí, porque el nivel de un gran país se mide por el alto grado de desarrollo de la política interior y la política exterior. Esos dos frentes son la clave.
Y ahora se ve como tras las elecciones municipales y autonómicas (con la salvedad hecha de Andalucía, Galicia, Euskadi y Cataluña) la intención de la mayoría del voto va al PP por estar más cerca de la realidad que del sexo de los ángeles a pesar de que la campaña electoral sólo me pareció un duelo Sr. Rajoy frente a Sr. Zapatero y carente de propuestas que interesan a los ciudadanos. Nadie osa poner en sus Programas bajar impuestos o precios de carburantes, por poner sólo dos ejemplos ni tampoco nadie pone en su programa la subida de los sueldos acorde con la realidad de los precios.