Medias verdades(II)

Decíamos la semana pasada, que nos hemos acostumbrado a las medias verdades y que conocemos las historias y noticias de forma incompleta. Lo que nos lleva a tener opiniones erróneas y conceptos equivocados sobre la realidad, en muchas ocasiones.

Si leemos el primer «Retrato social de los españoles» realizado por la Fundación BBVA, estudio que nace con vocación periódica, para conocer el perfil de la sociedad española, nos sorprenderemos con los resultados. Está basado en datos obtenidos a través de 2.000 entrevistas personales a población española mayor de 15 años en mayo y junio de 2007.

Dice que el 74,1% de los españoles se denominan católicos. Sin embargo sólo el 47,8% de estos creen en la existencia de Dios, o sea que, según estos datos, hay un 26.3% de católicos que no creen en DIOS. ¿? Aquí se me cruzan los cables: O las encuestas están mal hechas (cosa que dudo), o el tratamiento de datos es erróneo (cosa que también dudo), o algunos españoles tienen un “cacao mental” sorprendente (los resultados hablan). Vamos, que no saben ni lo que piensan; porque tienen serias dudas sobre su fe, pero se autodenominan católicos.

En cuanto al resto de los encuestados, según dicho estudio, de todos los no adscritos a una religión concreta, sólo el 33,2% niegan la existencia de Dios, porcentaje que no difiere mucho del de los “ateos católicos”.

Comprendo muy bien a estos españolitos (entre los que me encuentro) que por el mero hecho de nacer en este bendito país reciben el título de católicos apostólicos romanos; y como esta circunstancia no le quita el sueño a ninguno, pues a nadie se le ocurre darse de baja de los “listados religiosos” en los que están incluidos por “derecho de nacimiento”.

Por esta razón se producen contradicciones como la que acabamos de mencionar. Así que: No son todos los que están, y los que sí son (una gran mayoría) no saben lo que son. Paradojas de la vida. No me extraña que esto suceda, ya que, como decíamos la semana pasada, la Iglesia oficial española (que lo sigue siendo a pesar de la Constitución), en el transcurrir de los siglos y sus muchos Concilios, ha ido variando su doctrina y sus normas, introduciendo en sus fieles duda sobre duda.

Es el problema de las medias verdades. Es el problema de todas las religiones si nos paramos a analizar cada una de ellas. Todas contienen grandes pensamientos, sublimes principios y enormes disparates. Pero el ser humano es un animal de costumbres, y lo más fácil es dejarse llevar por la mayoría y evitar problemas. La falta de ética y de fidelidad a nosotros mismos nos arrastra a no ser consecuentes con nuestros pensamientos y el resultado es una vida llena de falsedades. Este factor nos hace sentirnos fracasados en muchas ocasiones. Por eso es trascendental que nos planteemos, de una vez por todas, un análisis de nosotros mismos para poder conocer qué es exactamente lo que sabemos y pensamos y “limpiarnos” de todo aquello que nos estorba, nos ofusca o nos cohíbe. Desprendernos de las medias verdades y buscar la verdad completa estudiando, sopesando e indagando. Debemos comenzar con una buena base y emprender el camino de la verdad si queremos llegar a un final feliz. Los que sabemos que CRISTO es la única Verdad inmutable y eterna tenemos el deber moral de comunicárselo a los demás; de lo contrario seríamos muy egoístas. Se trata de una “verdad entera”.

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