De nuevo la “polémica”

Toda vez que se realiza la entrega de premios del Carnaval surge la polémica. Y este año, como no podía ser menos, los comentarios se hacen oír por cualquier lugar, a cualquier hora y en cualquier situación en la que más de dos personas se enzarcen en conversación.

Confieso no ser muy “carnavalera” o, mejor dicho, nada; en el sentido, no de gusto por la fiesta, sino de su manera de desarrollarse. Quizás por ello no comprendo este tipo de controversias, entendiendo, por contra, que precisamente a las personas que viven el festejo no debería importarles el resultado de un “fallo” humano como suele siempre ser la decantación de un jurado, en ninguno de los casos (sea de la naturaleza que fuere el certamen en cuestión), imparcial, sino siempre marcado por tintes subjetivos y capacidades limitadas.

Por tanto, de la única manera que se podría entender la participación sería bajo el prisma lúdico y festivo, por afición y con el buen ánimo intrínseco a la celebración. Siempre ha sido así, uno se disfraza y participa en la fiesta esencialmente para divertirse, no para competir, Claro que parece que el interés ha superado al auténtico espíritu.

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