En equipo

Francisco López Belmonte

Son pocos los deportes ejecutados por una sola persona (carreras de caballos, golf); la mayoría de ellos se juegan por equipos, como el baloncesto o el fútbol. En este tipo de deporte se intenta por todos los medios inculcar en los jugadores la importancia del trabajo en equipo; tanto es así, que si se olvida este concepto es imposible conseguir el triunfo. Cada miembro del grupo tiene su cometido y todos son igual de importantes si se quiere realizar un buen trabajo, puesto que unos se complementan a otros.

Así ocurre también con las demás facetas de nuestra vida cotidiana. Estoy seguro de que tanto mis logros como los tuyos, en muchas ocasiones, son consecuencia del esfuerzo de otras personas que, quizá ni siquiera conozcamos. Pero la realidad es que hay muchos “desconocidos” que son imprescindibles para que nuestro mundo funcione.

En nuestra sociedad no somos autosuficientes. En cambio nos hemos habituado a honrar a aquellos que se promocionan o destacan por alguna cosa en especial y tienen nuestro reconocimiento. No exagero si te digo que puedes intentar hacer una lista de las personas que han trabajado, directa o indirectamente, para hacer posible que esta publicación llegue a tus manos: Editores, redactores, fotógrafos, repartidores, transportistas, fabricantes de papel, informáticos, publicistas y un largo etcétera. El resultado lo tienes ante ti. Parece tan sencillo… Pero a menudo debes tu éxito a personas que trabajan anónimamente y pasan desapercibidos.

Cuando entras a casa y enciendes la luz ¿cuántas personas piensas que han trabajado para facilitarte ese servicio? Lo mismo ocurre con el teléfono, tu coche, la televisión, el ferrocarril y todo lo demás. Conocemos sólo a aquellos que están más próximos a nosotros, aquellos con los que mantenemos cierta y esporádica relación. De igual forma, también nosotros colaboramos con nuestro trabajo para el éxito de otros, porque formamos parte de un determinado equipo. Y no te equivoques cuando veas a un nadador en solitario subirse al primer puesto del podium. Él tan solo es la punta del iceberg de un gran equipo de personas que lo han estado preparando durante años; por supuesto eso no le quita mérito a su esfuerzo, pero ha de compartir el honor de esa medalla de oro.

Por eso, no encuentro a nadie que por sí mismo, y únicamente por sí mismo, haya conseguido realizar ninguna proeza sin colaboración de otros. Sólo he hallado a Uno que trabajando en solitario ha hecho más que nadie por ti y por mí. Quizá no lo conoces personalmente, o tal vez hayas oído algo sobre Él alguna vez. Es el responsable de la luz del sol, de la fuerza del viento y del movimiento de los mares. Es el SEÑOR de todo lo creado y vive por la eternidad. Aunque tú no conozcas a JESUCRISTO, Él es el único camino para llegar a DIOS. Vivió, murió y resucitó en solitario y terminó su trabajo consiguiendo el triunfo, pero no sólo para Él, sino que lo comparte con todos aquellos que queramos conocerlo y seguirlo. Yo ya lo he hecho. Tu felicidad es cosa tuya.

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