El tío Mateo: en la playa nudista
Mateo Torremocho, mi amigo, está este verano llegando a conclusiones filosóficas culturales. Unas tienen que ver con ultraismos y su decadencia; otras sobre el colapso del sistema económico, otras sobre por que en un mundo en crisis de valores triunfa la novela negra. Pero lo mas importante de todas: es que bien se está en bolas. Por eso el otro día decidimos ir a la playa nudista .-Mira plumilla a mí no me conoce nadie, tengo mucho calo, ganas de ver mujeres desnudas y todo el tiempo del mundo para ir a la playa, así que me voy a Verapito o Pitolandia.
Será Veraplaya o Rojilandia.
Para ir a una playa nudista no se necesita demasiado. Bueno, en realidad se necesita lo mismo que para ir a cualquiera otra excepto el bañador.La tía beata tampoco..A la tía toca llevarla a veces a la playa, pero no es plan de llevarla cuando se va a la playa nudista. Es una cuestion elemental de pudor,o de salud pública. No hay por que mostrar a la tita en pelotas al mundo, no valla a ser que al mundo le de un pataflus.
Mateo Torremocho, llegó a la playa y tuvo su primer tropiezo con el aparcacoches. Fue bajarse del auto y quedarse en bolas. El aparcacoches le dijo, oiga, que hace, tápese hombre..Creo que al aparcacoches ni le importaba, ni le ofendia la desnudez del Torremocho, frente ancha, nariz aguileña, barrigon del quince, cadena de oro al cuello, desnudo integral si no fuera por los calcetines blancos y las sandalias. Lo que le ofendía era la forma de echar la ropa al capó, por que las esperanza de obtener monedillas se le iba al carajo.
Tal vez el carajo de Torremocho, no demasiado visible por cierta causa de la caída de la panza, una caída no de cortina que acaricia el suelo, no de falda plisada, no una caída elegante y natural sino una caída como de precipitación fatal.
Mateo sin embargo sacó una moneda no se muy bien de donde,se la dio al aparcacoches, se echó la toalla al cuello y comenzó andar. La elección del sitio una vez en la arena no fue fácil. Evidentemente, como ya ha adivinado el perspicaz lector(si es que me lee alguien) ,Mateo quería tener buenas vistas. El problema es que es miope. Por eso le costó entender que ese par de rubias de unos veintiocho años, altas, delgadas, y con todas sus comodidades y que no eran nórdicas, si no de Tercia, no les parecía medianamente bien que colocase la toalla en medio de las dos.
La playa es de todos
Una vez que estuvo ubicado abrió su bolsón playero . No sacó la bolsa de los gusanitos, lo cual hubiera estado bien . No sacó unas cervezas envueltas en papel de periódico, (pruébenlo y verán como no se calientan), no sacó el peine, ni el bronceador , ni siquiera el periódico de derechas que compra para hacer los crucigramas, ni el periódico de izquierdas que compra para ver los resultados deportivos .No. Sacó unos prismáticos .
O sea que si uno saca unos prismáticos es para algo. Es para ver de cerca lo que tienes lejos. Una teta, por ejemplo.Y lo hizo: se los puso en los ojos y comenzó a mirar .Le comenté que tenía poca vergüenza y que atentaba contra la intimidad de la gente .Me contestó que quienes están desnudos en un lugar público rehusan a su intimidad ,le respondí que era de mal gusto mirar así ,y enfocó los prismaticos poniendo cara de choteo hacia mi entrepierna .Y reparé en un detalle, tenía puesto el bañador.
Fue entonces cuando vi venir a un grupo de nudistas mal encarados que empezaron a increpar ,no a Mateo por sus prismáticos,si no a mí ,por llevar bañador.
Salí corriendo. Tropecé con el guarda coches que ahora iba desnudo .Pensé que donde guardaría las monedas. Miré hacia atrás y vi a Mateo junto a las rubias de Tercia. Alegremente,chapoteando.
Incluso me pareció ver a un Adonis mirando divertido hacia mí.Con los prismáticos.
La realidad se mostraba desnuda.