Paco Rabal y Sabino Fernández Campo

Esta vez voy a compartir la autoría de este artículo con Paco Rabal. La muerte de Sabino Fernández Campo me ha traído a la memoria una más que afable composición en verso que Paco le dedicó. Él, su bonhomía, su lealtad y su sentido de la amistad, de la que hizo un verdadero magisterio, han constituido materia suficiente para que quienes le conocimos recordemos su principal premisa: primero, el amigo; después, lo demás.

Faltaba muy poco para que el año 1991 sirviera las uvas y a Sabino Fernández Campo le ocurrió en su Asturias natal algo parecido a lo que con Paco Rabal aconteció en su tierra, en Murcia. Allí fueron unos; aquí, otros. Y así de claro lo expresó -“(A mi amigo Sabino Fernández Campo)”- en una de las Coplas y ripios que publicaba en ABC. Esta, concretamente, el 27 de diciembre de 1991.

¡Qué cosas tiene la vida
querido amigo Sabino!
que ayer en Murcia, mi tierra,
me haya pasado lo mismo:
A ti en tu Oviedo, negarte
algunos de mi partido;
que en Murcia fueron los otros
los que opinaban distinto
porque yo, un hombre de izquierdas
-y otros sutiles motivos-
para nada merecía
ser por Murcia distinguido.
Me negaron nueve hombres,
Con uno le bastó a Cristo.
Estos eran del PP
y fueron nueve, no el ciclo,
pero mucho me dolió
como a ti te habrá dolido.
Yo se que eres un señor,
un gran señor de prestigio
y, aunque es verdad que jamás
hay que caer en el olvido,
tu conducta generosa,
tu mesurado equilibrio
se merece un gran respeto
y, de tu tierra, el cariño.
Esta tierra a la que estoy
entrañablemente unido.
Me acordé de Don Antonio
Machado cuando nos dijo:
“españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón”.
Por lo que tiene que ver
tu corazón con el mío,
el mío no se me ha helado
sino que se me ha encendido.
Y te dice que soy de esos
orgulloso, terco y vivo
españolito asombrado
y solidario contigo,
que sin olvidarme nada
sigo pensando lo mismo
y por encima de todo
hoy, mas que nunca, tu amigo.

No cabe comentario alguno más. Bueno, si. Estos versos, y otro montón, recopilando todos los que publicó en el periódico de referencia, son un trozo, un buen trozo, del corazón de Paco Rabal. Y quienes quieran, pueden disfrutarlos (en una biblioteca, porque está agotado) en el libro “Francisco Rabal, mis versos y mi copla”, publicado por Akal en 1994. Sólo es una sugerencia.

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