La fiesta de la Cruz más multitudinaria

Calabardina se vestía de fiesta el pasado fin de semana para celebrar el Día de la Cruz de Mayo, un evento que llenó de actividades festivas a esta pedanía aguileña durante la noche del sábado y toda la jornada del domingo. Y hete aquí, que después de que el pasado año no se realizara esta celebración, ha regresado con más fuerza, siendo más de 2000 personas las que han tomado parte en los diferentes actos.

Así, el programa de festejos se abrió, la citada noche del sábado, alrededor de las nueve y media, con la celebración de la tradicional “moraga marinera. La “sardinada”, donde se repartieron más de 500 kilos de este sabroso pescado lugareño, fue la antesala de una verbena popular, con las actuaciones de las cuadrillas de “Marina de Cope” y “Cuesta de Gos”.

La jornada de ayer comenzaba a las 10:30 horas de la mañana con la salida en procesión de la “Cruz” y la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los pescadores, que era portada a hombros a lo largo de un recorrido por el Paseo Marítimo de Calabardina, que alcanzaba su máxima belleza con la entrada de la imagen en el embarcadero. Abriendo la procesión, donde se dieron cita unas 200 personas, la Banda Sagrada Corona de Espinas.
Una vez finalizado el desfile procesional se dio paso al tradicional oficio de una Santa Misa, a cargo del párroco de la Iglesia de San José, José Ruiz. Durante la homilía, amenizada con música de guitarra y cánticos religiosos, participaron numerosos vecinos que leyeron fragmentos bíblicos. A posteriori se llevaron a cabo diferentes homenajes, así como la entrega de trofeos de la I Regata de Canoas, organizada por la concejalía de Juventud y el Patronato Deportivo Municipal, en la que participaron alumnos de centros de enseñanza de Águilas.

Como viene siendo habitual, el “plato fuerte” del día lo puso la paella gigante. La preparación de este suculento arroz, elaborado para mil personas a base de pollo, conejo y caracoles, supuso en sí mismo toda una atracción ya que fueron muchas las personas que se acercaron para observar la elaboración de este plato de tan inusual tamaño que, por el módico precio de tres euros, pudo ser después degustado por todos los asistentes, que además pudieron degustar una copa de vino con la consumición.
Tanto la comida como la sobremesa se desarrollaron en un ambiente distendido y lúdico, tal y como es propio de estas celebraciones populares.
En definitiva, una fiesta cuyo éxito de participación aumenta año tras año y que acoge no solo a vecinos de la pedanía, sino también a numerosos aguileños y otros tantos que se desplazan de lugares vecinos para ser partícipes de una celebración que encierra unas profundas raíces populares, teniendo como protagonista a la Virgen del Carmen, protectora de los hombres de mar.

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