Tendencias
- Victoriano Mulero habla en Lorca sobre el pez cebra para la investigación de enfermedades raras
- El alcalde de Lorca felicita al team #retoyosípuedo, que ha alcanzado la cifra de 19.200 euros recaudados en beneficio de ‘Mi Princesa Rett’
- #GASTRO 👏🏻 Águilas celebra las Jornadas Gastronómicas de la Cocina Tradicional: participan 12 establecimientos y se celebran del 7 al 16 de febrero
- El Puente del Barrio, aguantando las riadas desde 1869
- Las «Casas Cueva»: Un patrimonio universal en Puerto Lumbreras
- El Concurso Nacional de Cuerva estrena importantes novedades
- El Partido Popular de Águilas celebra la autorización del uso de pistolas eléctricas para la Policía Local
- CODELOR se suma a la celebración del ‘Día de los enamorados’ con una nueva campaña de fidelización y promoción del comercio local
- Lolita Flores y José Sacristán entre los protagonistas de la programación trimestral del Auditorio
- Samuel Vázquez exige una inmigración controlada ante el alarmante aumento de la criminalidad en la Región de Murcia
Joaquín Mellado Pascual nació en Lorca en 1904, se hizo piloto ya en los años 20, después de su paso por el Ejército de Tierra, y tras participar como piloto de bombarderos en las campañas de África, trabajó para la línea aérea Francesa Latecoere, con la que ya hizo una primera visita a Águilas. Mas tarde ingresó en el arma aérea, y de teniente, volvió a aparecer por estas tierras Aguileñas.
El 17 de mayo de 1933, hacia las 13:30 horas, se escuchaba en Águilas el ruido de motores de aviación, y poco después, un hidroavión amerizaba en la bahía de Levante, sin consecuencias. En cuestión de pocos minutos el muelle se llenó de gentes que se interesaban por la sorpresiva visita del primer hidro en Águilas, y pronto comprobaron que el piloto era un conocido. El hidro era un Dornier Wal de la Base Aeronaval de Los Alcázares, pilotado por el teniente Mellado, y con un sargento radiotelegrafista y dos mecánicos. El avión venía de Cádiz, y debido a fuertes vientos, había consumido el combustible de los depósitos, antes de avistar su base, en el Mar Menor. Menos mal que Águilas estaba a mano.
Mellado y su tripulación pernoctaron en Águilas puesto que el combustible se recibió ya en las primeras horas de la mañana del día 18. Hacia las 10:00 horas el hidro cogía velocidad en las aguas interiores del puerto, y se elevaba sin problemas, mientras de nuevo una muchedumbre rompía en aplausos.
Mellado dijo en Águilas que en la época veraniega intentaría volver a estas tierras, y seguro que lo intentó. Pronto llegaría la guerra civil, en la que pilotando un Potez 540 de la aviación Republicana, fue derribado en una misión de bombardeo sobre Toledo.
Texto: Miguel Puchol Franco