Insomnio, una plaga actual en nuestra sociedad
El ciclo sueño-vigilia se encuentra modulado por procesos homeostáticos y circadianos que interactúan entre sí. El proceso homeostático aumenta de intensidad a medida que transcurre el día y el periodo hasta el inicio del sueño se acorta. El proceso circadiano constituye un ciclo fisiológico sincronizado por el núcleo supraquiasmático (NSQ) ubicado en el hipotálamo. Este ciclo se encuentra regulado por la luz del día y la liberación de melatonina durante la noche. Ambos procesos compiten entre sí para determinar si el individuo permanecerá dormido o despierto.
La promoción del sueño se encuentra modulada por la adenosina, el GABA, la galanina y la melatonina, en tanto que la vigilia es favorecida por la orexina, la noradrenalina, la histamina, la serotonina y la acetilcolina. El equilibrio de neurotransmisores implicados en ambos sistemas determinará si el individuo permanece despierto o dormido. Mientras que el GABA es manejado por el proceso homeostático, la orexina sería modulada por el proceso circadiano. Generalmente, cuando se produce el insomnio, la liberación de GABA estaría disminuida, en tanto que la actividad de la orexina estaría aumentada.
Tratamiento de los pacientes con insomnio
El insomnio tiene causas biológicas y conductuales que deberían abordarse a la hora de planificar un tratamiento. El objetivo del tratamiento debería incluir la mejoría de la calidad y cantidad del sueño y la disminución de la disfunción diurna. Siempre deben promoverse la higiene del sueño e indagarse las causas subyacentes del insomnio.
Terapia cognitivo conductual
Las intervenciones psicológicas y conductuales son estrategias de primera línea para el tratamiento de los pacientes con insomnio crónico. Es sabido que determinadas conductas y actitudes como permanecer en la cama mientras se está despierto pueden contribuir con la aparición de insomnio. En consecuencia, la aplicación de estrategias de terapia cognitivo conductual (TCC) es una herramienta útil para disminuir el insomnio. Entre las herramientas de TCC disponibles se incluye el control de los estímulos, la restricción del sueño, el entrenamiento en relajación y la educación del paciente sobre la higiene del sueño. El objetivo general de estos abordajes es identificar los pensamientos y las conductas que perpetúan el insomnio con el fin de que el paciente los reconozca y pueda modificarlos.
Fármacos de venta libre
Las drogas de venta libre que se emplean en los pacientes con insomnio incluyen los antihistamínicos, la melatonina y la valeriana.
Los antihistamínicos como la difenhidramina actúan mediante el bloqueo de los receptores H1, aunque su efecto sedativo se vincularía con la acción sobre diferentes sistemas de neurotransmisión. Según la información disponible, los antihistamínicos son más útiles para mejorar el mantenimiento del sueño y su administración se asocia con la aparición rápida de tolerancia.
La melatonina es una hormona secretada por la glándula pineal que interviene en la modulación del ciclo sueño-vigilia. Los pacientes con insomnio presentan niveles bajos de melatonina durante la noche, lo cual afecta los patrones normales de sueño. La melatonina administrada en forma exógena actúa sobre los receptores MT1 y MT2. Esto favorecería el sueño. Según los datos disponibles, la melatonina es efectiva para disminuir la latencia de inicio del sueño, aumentar la duración y la calidad del sueño, aunque dichos efectos son inferiores en comparación con lo observado ante la administración de benzodiazepinas.
La Valeriana officinalis, o valeriana, es un compuesto herbal empleado con el fin de mejorar la conciliación y la calidad del sueño. Su mecanismo de acción tendría lugar a nivel del sistema gabaérgico. Si bien no se cuenta con información suficiente al respecto, el empleo de valeriana se considera relativamente seguro.