Sin ordenadores
También es mala suerte para los niños murcianos. Esos que nos van a retirar y nos van a solventar la jubilación, cogiendo las armas del trabajo que haga de esta región un poco más fructífera de lo que ha sido hasta ahora. La cuestión estaría en salir de la agricultura más básica, y entrar en un tipo de trabajo de más calidad para el currante. Para ello hará falta, sin duda alguna, un mayor conocimiento de los jóvenes por la informática y todo lo que tiene que ver con los ordenadores, los programas que sean útiles y por Internet. Mala suerte. Mala suerte el ser murciano, por la decisión de nuestro presidente comunitario de pasar olímpicamente de poner la informática al alcance del alumnado ávido de incorporarse a ese mundo, inevitable e imprescindible, como toda la peña sabe. Toda menos el Valcárcel, que ha enterrado esa oportunidad como quería enterrar el yacimiento de San Esteban. Todo un lince, el Valcárcel. Y es que al cabo de unos años, ya este hombre ha dejado de tener ideas, sus proyectos caducaron hace mucho, si los tuvo alguna vez y los que le ofrecen, de gorra, prefiere rechazarlos para fastidiar al Gobierno central. Ha acertado de lleno : le ha pegado una tremenda patada al Gobierno socialista en el culo de los niños de la Región murciana. Lo que digo, un lince el Valcárcel. Estamos salvados con el artista. Me parece que hasta los propios del PP deben estar boquiabiertos de esta decisión tan absurda de su delfín, si son conscientes de que la política no debería entorpecer el desarrollo de una región, de los ciudadanos que la componemos. La política se inventó, precisamente, para organizar el bien de la población, no para joderla aunque, en este caso, siempre podrán los profesores llevar a los nenes a un Cyber. En esa disparatada decisión le han acompañado dos elementos de menos prestigio aún que él : la esperanza rubia de Madrid y el curica de los trajes . Buenos compañeros de viaje los que ha elegido el murciano para ir de romería. También se podía haber fijado en otros más listos, como el señor Feijoo, que ha aprovechado la iniciativa del Estado para sacar a los galleguiños de su mediano nivel educativo. En Murcia ese nivel, el de fracaso escolar , es uno de los mejores de España, como sabemos. Valcárcel, el lince, ha aprovechado la iniciativa para despreciarla.
Y , luego , van y le votan. Curioso. Y extraño. El otro día, una amiga muy informada me decía que, por primera vez, la próxima generación va a estar menos preparada que la presente. Esta cuestión tan inesperada como difícil de entender da la posibilidad a los más críticos a pensar, demagógicamente, que los nenes del lince no tienen problema con manejar ordenadores en sus colegios privados, a tanto la pieza. Los de sus consejeros tampoco deben tener mayores dificultades para que los retoños propios tengan un alto nivel educativo, bien sea en el Colegio de los Maristas o en la Universidad Católica. Pero no todos los murcianos pueden enviar a sus nenes a que los maestros les pasen todo el dia la mano por el lomo. La mayoría todavía opta por la enseñanza pública, que es la misma para todos, sin distinción. En fin, el que tenga que agradecerle algo al lince, que se dirija a San Esteban, donde seguramente lo encontrará viviendo al margen de las necesidades de esta puñetera región. Por lo visto, digo. Y, luego, vas y lo votas.