El fallido macroproyecto urbanístico de Cuatro Calas de 1959

En la sesión de Pleno del Ayuntamiento del 8 de agosto de 1957 se acuerda crear una Comisión especial para el desarrollo turístico de Águilas dadas las enormes potencialidades que ofrece un municipio con 28 kilómetros de playas vírgenes y un clima excepcional que permite largas invernadas. Con ello, se da cumplimiento a una circular de la Junta Provincial de Turismo destinada a las localidades costeras para fomento del turismo en la provincia de Murcia dado que éste ha rebasado la Costa Brava y zonas valencianas, lo que supone una oportunidad única para el desarrollo económico local y un medio de propaganda franquista para aupar la nueva realidad española. Se exige a las autoridades dar el máximo apoyo a iniciativas empresariales para el desarrollo de núcleos residenciales y hoteleros, mejorar el ornato urbano, fomentar el espíritu abierto y hospitalario, y mejorar los servicios turísticos. En este sentido, las últimas actuaciones emprendidas por el Ayuntamiento de Águilas para fomento del turismo habían consistido en la construcción de un nuevo Balneario Municipal de aguas frías y calientes en la playa de La Colonia que sustituía al Patria Chica, inaugurado en 1954; la construcción de malecones y urbanización de los paseos marítimos en las playas de La Colonia y de Levante hasta la estación de ferrocarril; la enajenación de un solar junto al puerto para la construcción de un moderno cinematógrafo (el Gran Cinema); y la iniciativa planteada en 1952 de construir junto al Balneario un hotel de primera categoría con 44 habitaciones, proyecto que no fraguó. Un año más tarde, se aprueba la Ordenanza de Policía Urbana para Playas y Paseos Marítimos que sustituía a lo dispuesto en las Ordenanzas Municipales de 1886.

En 1958 llegó a Águilas una empresa de gran potencial que pretendía poner en marcha un macroproyecto turístico junto a la costa. Se trataba de la mercantil Tursa de Madrid, bajo la presidencia en aquel entonces de por José Jaúdenes Junco, siendo apoderado Julián Ruiz Aranda. En concreto, en 1959 se daba a conocer  el proyecto, que comprendía un total 52,6 hectáreas de terreno, sitas en el espacio natural de las Cuatro Calas. Dicha actuación urbanística incluía apartamentos, hoteles y numerosas zonas de ocio;  incluso, se presentó la maqueta de uno de los hoteles, con de ocho plantas y 144 habitaciones en 1962. Un club náutico, campos de tenis, camping, centro comercial y zonas verdes con un presupuesto superior a los 40 millones de pesetas de la época formaban parte del macroproyecto. La iniciativa, pese a parcelarse algunas áreas, no llegó a prosperar porque el empresariado local no vio demasiada solvencia en el proyecto ni suficientes garantías financieras. De aquella vorágine lo único que prosperó fue el Hotel Calarreona, situado estratégicamente sobre un altozano a 100 metros sobre el nivel del mar, frente a la playa del mismo nombre, tras la carretera costera a Almería, a 3,6 kilómetros de Águilas.

De aquella vorágine urbanística lo único que prosperó fue el Hotel Calarreona, situado estratégicamente sobre un altozano a 100 metros sobre el nivel del mar, frente a la playa del mismo nombre, tras la carretera costera a Almería, a 3,6 kilómetros de Águilas.

Info: David Romera

PINCHA PARA CONOCER SUS TRABAJOS

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies