Un 2020 de récords negativos en lo económico

El pasado año ha quedado marcado en la mente de millones de personas, que, pese al paso del tiempo, recordarán ese 2020 como uno de los cursos que más marcarán su vida. La pandemia que ha asolado al planeta ha traído una crisis económica muy acuciante de la que muy pocos sectores han podido esquivar y continuar con sus cifras de negocio asiduos.

Por norma general, ese bajón en los números de facturación se ha producido de forma generalizada, no pudiendo escapar casi ningún sector a esta tesitura tan complicada. El sector del juego no ha sido ajeno, comprobando un gran descenso en sus cifras de negocio, y presentando datos de una década atrás, lo que indica el enorme impacto de la crisis y la difícil situación económica en la que aun nos encontramos.

Un reciente estudio de SlotVegas sobra la industria del juegos de azar pone números a toda esta disminución en el modelo de negocio, ya sean en su parcela física como en la interactiva. Especial relevancia tuvo el descenso en el consumo a través de los establecimientos tradicionales, puesto que los confinamientos y medidas severas de cierre y apertura han dejado muy poco margen de maniobra para desarrollar su modelo de negocio, y eso se ha trasladado posteriormente a las cuentas de estas compañías oferentes de productos de ocio de esta naturaleza.

El plan de la industria del juego radica en empezar a desarrollar su actividad con total seguridad y teniendo claros los protocolos creados para ello. Para que vuelva por sus fueros, se debe tener una estrecha colaboración con los diferentes gobiernos, para que con políticas expansivas ayuden a todas estas empresas a ser de nuevo fuentes de empleo y de riqueza. Eso se estima que llegue en 2022, cuando si todo va según lo previsto, volverá a la normalidad pre-pandemia, hasta entonces las ayudas públicas a todos los sectores económicos afectados deben ser una constante.

Pese a que el sector de las apuestas y los juegos de azar ha generado en el último año 354.200 millones de dólares, esa cifra supone un 25,2% menos de lo previsto por el sector el pasado curso. Esto influirá inexorablemente en los planes de expansión de muchas compañías de este campo, las cuales pararán todas esas posibles inversiones, intentando mantener lo creado hasta el momento con el gran objetivo de su negocio actual.

Después de la tormenta siempre llega la calma, siendo ese el momento para que la economía vuelva a la senda de crecimiento que presentaba en los dos primeros meses de 2020.

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