Reportaje: El sector agrícola en Puerto Lumbreras, dependiente de los recursos hídricos
El ámbito territorial de Puerto Lumbreras son terrenos de uso agrícola tanto de secano como de regadío con textura franco-arcillosa y climatología apta para diversos cultivos tanto herbáceos como leñosos. Las pendientes y la orografía también son aptas para la producción agrícola.
Las características generales del secano y el regadío y los cultivos mayoritarios son:
Secano: La aridez y los suelos pobres en materia orgánica determinan una agricultura de secano poco productiva y con pocas alternativas. Predomina el almendro en marcos alrededor de 7 x 7 metros. Muchas parcelas, debido a los condicionantes agroclimáticos, están en situación de semi abandono o en blanco directamente.
Regadío: En las parcelas de regadío existe más variabilidad con terrenos en blanco, posibles candidatos a cultivos hortícolas (como lechuga o bróculi). La presencia de cítricos y otros frutales en regadío es minoritaria y se debe, fundamentalmente, a la infradotación de agua de riego de la zona, que determina las posibilidades de cultivos con requerimientos hídricos superiores a 4.500- 5.000 m3/ha. En relación a las hortícolas, es común la rotación de lechuga y bróculi entre años; es mayoritario el cultivo de un solo ciclo anual por las limitaciones en dotación de agua de los regadíos de la zona. En las imágenes del artículo se puede apreciar que en la actualidad una importante proporción de parcelas está en blanco, siendo probablemente consecuencia de la infradotación de agua. El actual perímetro regable de la Comunidad de Puerto Lumbreras abarca una superficie de 4.022 ha, correspondientes a las zonas de valle entre las sierras del Cabezo de la Jara y la sierra de Enmedio y la zona del
Esparragal. Las parcelas de regadío están dotadas de agua a través de la Comunidad de Regantes de Puerto Lumbreras. El agua gestionada por esta Comunidad, como ocurre en muchas otras C.C.R.R., tiene diferentes orígenes (desalación, depuración y subterránea). Las dotaciones medias son bajas y sólo permiten 1 ciclo anual de hortícolas, en el mejor de los casos. En el caso de leñosos, predomina el almendro precisamente por su adaptación a riegos deficitarios. Múltiples noticias de los últimos tiempos verifican la infradotación de agua que padece esta Comunidad, cuya dotación media es normalmente menor a los 2.500-3.000 m3 por hectárea. Esta limitación,
aparte de un elevado precio unitario del agua, dependiente en gran medida de la que procede de la Desaladora de Águilas con los consiguientes costes de producción y elevación, hace que la actividad agrícola por sí sola sea muy vulnerable y pueda desembocar en inviabilidad agronómica y económica. En esta zona y en otras con imitaciones hídricas similares, puede ser recomendable un cambio de tendencia hacia cultivos más adaptados a condiciones tan severas, reduciendo la superficie de cultivos tradicionales y compatibilizando el uso agrícola con otras actividades.
La infradotación continuada, así como el elevado precio del agua, hace necesario dirigirse hacia soluciones para poder hacer viable la actividad agrícola, es decir, la infradotación de recursos hídricos, que es estructural en la zona, dirigiría la actividad agrícola hacia la inviabilidad agronómica y, consecuentemente, inviabilidad económica.y, por tanto, a pérdida de derechos de agua por no cultivar la tierra, al igual que Los daños sobre la economía y el empleo en la zona serían importantes, además de los consecuentes daños ambientales en relación a pérdida de biodiversidad, incremento de la erosión, capacidad de retención de agua.
Es decir, existirían graves daños tanto a nivel microeconómico como a nivel territorial y de pérdida de servicios ecosistémicos. La viabilidad de la actividad agraria depende de la viabilidad técnica, agronómica y económica de la misma. En este sentido, especialmente en áreas vulnerables, como secanos con precipitaciones muy bajas o regadíos infradotados en el recurso agua, la viabilidad se ve más comprometida.
Por último, indicar una vez más que en esta zona y en otras con limitaciones hídricas similares, puede ser recomendable un cambio de tendencia hacia cultivos más adaptados a condiciones tan severas, reduciendo la superficie de cultivos tradicionales y compatibilizando el uso agrícola con otras actividades que permita rentabilizar mejor la superficie total.