Lo más sagrado
Algunas cosas no tienen perdón. Y es que la manía del Estado de intervenir sobre las voluntades del individuo ya parece una manía que no debiera avanzar mucho más. Ahora parece que le toca al vino tinto. A la esencia de nuestra vida. El vino en España es signo de identificación, de raza incluso. Y el tinto , más.
Intentar pasarse en la manipulación de la libre elección de cada ciudadano no puede ser bueno. Un día, los borregos nos revolveremos y acabaremos con los que nos consideran idiotas y nos dicen lo que tenemos que tomar y lo que no.
Y no es cuestión de un gobierno u otro. Es un regalo más que viene incluido en el inmenso placer de gobernar una nación. El Estado tienen siempre esa tentación y acaba cayendo en ella : manejar tantos hilos como pueda y orientar voluntades de la gran masa. Y lo que no se pueda orientar, se prohíbe. Comprimir la voluntad del individuo es el fin último del Estado.
Además de organizar su vida fuera de su casa, de prepararle buenas infraestructuras con la pasta que previamente le ha cogido, al Estado le queda abierta la posibilidad de manejar su vida puertas adentro.
Por lo que un servidor a observado, en países donde el alcohol está prohibido la gente se organiza sabiamente para beber con una mano sin que la otra se de por enterada.
Ver beber a los jóvenes en las terrazas de Casablanca, en algunos barrios de Damasco, o en todos los barrios de Estambul, es curioso y excitante. Lo que no es nada fácil es ver beber en Teherán o Shiraz ( curiosamente tierra de una de las mejores vides del mundo).
Y, como todo el mundo sabe, los gobiernos islámicos sí se toman en serio la cuestión de ese precepto , diciendo que es religioso. Lo que no quita para que un fiel se tome un buen calimote y luego vaya a la mezquita. Una mano lava la otra.
Es legítimo que un Estado intente ahorrar en gastos sanitarios, porque los cirróticos gastan un huevo en hígados de segunda mano ( que por cierto, son gratis ), pero también puede molestar a algunos otros ciudadanos que le consideren un tonto de baba al que hay que reconducir por la senda de la abstemia.
Un servidor, que conste, no critica la próxima prohibición del vino, pero, leche que se prohíba sólo el perruguero, el que sirve para hacer calimochos y porquerías de esas que fulminan el hígado de tantos jóvenes imberbes mentales, y que dejen circular con alegría y litros el buen Rioja, el Ribera, el Somontano, el Penedés……… que esos no hacen mal a nadie. Al menos a nadie que no sepa a lo que se expone.
Hay costumbres tan arraigadas que va a ser muy difícil levantarlas . Además, que nos dedicamos a venderles vino a medio mundo. Ya que el tomate es marroquí , la almendra de California, la naranja israelí , el queso francés y el sol también se disfruta en África, no sé que nos va a quedar por ofrecer que sea original y español.
Anda , que vamos a acabar tomando chupitos de Matarromera en los W.C. con la puerta cerrada por si viene la Guardia Civil y organizando en el barrio botellón de Ribera del Duero una semana y otra de Viña La Ermita.
Se ha puesto difícil lo de fumar, pero los científicos no sacaron nunca nada positivo del tabaco, sin embargo sí que han sacado mucho de positivo del buen vino, por lo de los taninos y eso. Pero eso, a papá Estado, no le preocupa.