Una mirada al pasado
El Carnaval moderno está de cumpleaños, este año celebra su vigésimo quinto aniversario
![Relámpago 1989](/img/carroza_01.jpg)
El Relámpago en el año 1989
Que Águilas y el Carnaval son dos conceptos inseparables es una teoría que cada día queda demostrada con la aparición de nuevos datos que confirman la antigüedad de una fiesta que encuentra sus orígenes en el siglo XVIII.
Uno de los testimonios más fehacientes de esta tradición es la regulación de las Fiestas en las Ordenanzas Municipales del Ayuntamiento a finales del siglo XIX, concretamente el 21 de octubre de 1886.
En esa ordenanza se regulaba tanto “el horario en el que se podía ir enmascarado, como el derecho que acogía a cualquier autoridad a pedir identificarse a las máscaras, así como la prohibición de llevar armas, hacer ruidos de cualquier tipo y arrojar agua o harina a los viandantes”.
Datos que demuestran que, con muchos más altos que bajos, el Carnaval siempre ha estado presente en Águilas como una fiesta a la que ni tan siquiera la dura represión de la Dictadura pudo poner freno.
El Carnaval Moderno
En la década de los 80, concretamente en el año 1983, empieza una nueva era de los Carnavales de Águilas.
Con el impulso del nuevo Ayuntamiento democrático y con el entusiasmo de personas como el desaparecido Emiliano la fiesta comienza, poco a poco, a levantarse.
No sin esfuerzo, se logra crear una nueva imagen para esta fiesta: la del Carnaval moderno, un festejo articulado en torno a un pasacalles que reunía por la tarde a todos las máscaras para desfilar acompañadas de un grupo de músicos.
Sería a partir de ese mismo año cuando empiezan a salir pequeños grupos de gente disfrazada con el mismo traje, dando origen a lo que actualmente se conoce como peñas de Carnaval.
Muchas ya desaparecidas, como La Chistera, Los Gatos, El Relámpago, El Quijote, Los Chachis o La Ley Seca, precursoras de lo que llegaría a ser el Carnaval, otras aún activas, como Los Enanitos, El Roncaor o El Tangay, y muchas más que poco podían imaginar en aquella época que algunos años después el Carnaval, gracias al esfuerzo desmedido de todos los carnavaleros, llegaría a convertirse en lo que es actualmente, una Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Hoy, el Carnaval Moderno está de cumpleaños. Este año celebra su vigésimo quinto aniversario, el vigésimo quinto aniversario de los miles de carnavaleros que han hecho grande esta fiesta, los Carnales, Cuaresmas, Musas y Mussonas que han formado parte de los Carnavales, muchos de los cuales aún lo hacen, otros que, lamentablemente, ya nos abandonaron pero cuyo nombre estará siempre escrito, con cinta de serpentina, en la historia del Carnaval, y para los que estas líneas valgan de sincero y merecido homenaje.
Para los aguileños el Carnaval sobrepasa el concepto de fiesta, convirtiéndose en un sentimiento que puede sentirse, e incluso tocarse, en todas las esquinas de este rincón marinero. Junto al aroma del salitre, Águilas, sobre todo durante el mes de febrero, huele a cuerva, cascarones, confeti, plumas, lentejuelas y diversión.
Una gran fiesta en la que todos caben y en la que todos están presentes.
Una fiesta para niños, jóvenes y mayores, que, pese al paso de los años, ha sabido mantener su espíritu y que, tal vez por eso, se mantiene, situando el secreto de su éxito en la reivindicación de lo auténtico, de lo que nos hace diferentes y, por tanto, especiales.
Con un magistral ensamblaje del tradicional “mamarracho” y la pluma más elegante nuestro Carnaval ha ido sumando años, acumulando experiencia y no arrugas, ante la admiración de todos los que han sido testigos de su paso.
Por eso, para todos los carnavaleros, para los que están, para los que alguna vez estuvieron y para todos los que aún están por llegar: ¡Muchas felicidades, y a por otros veinticinco más!.