Los ‘rollicos’ de San Blas, una tradición centenaria que cada año va a más en Lorca
En total se pusieron a la venta 450 kilos de ‘rollicos’ y 4.000 reliquias, que parten de una tradición de las Madres Mercedarias
El pasado sábado, desde primera hora de la mañana, ya se podían ver las colas con cientos de lorquinos en el edificio ‘Merced: Raíces y Futuro’ para comprar los más de 450 kilos y 4.000 reliquias, que este año se han vuelto a preparar con gran esmero por las monjas del convento mercedario ‘Madre de Dios de la Consolación’ y la Asociación de Antiguas Alumnas y Amigos de la Merced.
Esta tradición, que se encuentra entre las que más conforman la identidad de un pueblo, se mantiene viva gracias a las antiguas alumnas de las Madres Mercedarias que elaboraron los más de 30.000 dulces con su receta secreta.
Los ‘rollicos’ son envasados en pequeñas bolsitas que contienen, cada una, 14 dulces. “Cada año hacemos más, pero afortunadamente, se nos agotan rápidamente. En alguna ocasión hemos tenido que realizar una nueva hornada para ponerla a la venta al día siguiente ante la insistencia de los fieles. Es una tradición que ha ido pasando de padres a hijos que no solo cumplen los lorquinos, sino también muchas personas que acuden de poblaciones limítrofes. Este año se ha elaborado casi media tonelada de ‘rollicos’, unos 300.000 dulces, que se venderán, la bolsa, a 1,70 euros. Mientras que las ‘reliquias’ costarán 2 euros”, detallaba Inés Lorca.
Con respecto a las reliquias – este año se han hecho 4000, el doble que en 2023- destacar que es una bonita borla hecha en seda de múltiples colores, que con mucha paciencia y trabajo elaboran las manos de las Religiosas de colegio y que luego se cuelga en los cuellos, en las cabeceras de las camas y en las cunas de los niños.
La jornada comenzó Antes, a las nueve de la mañana, con la celebración de una eucaristía en el salón de actos del Colegio Madre de Dios, en la calle Cava, que ofició el párroco de la iglesia de Santiago, José Manuel Martínez Rosique. En el transcurso de la misa se realizó la bendición de los ‘rollicos’ y reliquias de San Blas.
Tras la ceremonia se inició la venta, pero también se pudo contemplar el grupo escultórico ‘El Milagro de San Blas’, de Salzillo, del siglo XVIII. La escultura únicamente se puede contemplar en este día y en la ‘Noche de los Museos’, ya que se custodia en el Convento de la Consolación.
El conjunto escultórico narra la secuencia, el preciso instante, del milagro realizado por San Blas, obispo de Sebaste (Armenia). La obra integró la factura de la primera edición de la exposición ‘Huellas’ que tuvo lugar en la catedral de Murcia.
La escultura representa el milagro realizado por el santo al resucitar a un niño de pocos meses asfixiado por una espina de pescado atravesada en su garganta. La madre, arrodillada junto al obispo, le presenta al hijo muerto que, desnudo, yace inerte sobre sus brazos.
San Blas está representado con los atributos episcopales, la mitra, el báculo y la capa pluvial. El santo inclina levemente su cabeza hacia el niño mientras extiende su brazo derecho cuya mano plasma el poder taumatúrgico en sus dedos abiertos y extendidos
UNA TRADICIÓN
Dice el refranero: ‘Por San Blas, la cigüeña verás, y si no la vieres, mal año esperes’. Por lógica es difícil ver cigüeñas sobrevolando la Ciudad, porque no es una zona muy dada al interés de estas aves que prefieren Extremadura, Castilla La Mancha y, sobre todo, Andalucía antes de emprender viaje hasta tierras de África. Pero los lorquinos tienen muy claro que se acerca San Blas por los aromas que llegan desde el Convento de la Consolación de las Madres Mercedarias.
La tradición de los rollicos es centenaria, a cargo de la congregación, aunque actualmente se encarga de su elaboración la Asociación de Antiguos Alumnos y amigos de La Merced, que este 2024 han cumplido 28 años realizándolos, aunque las religiosas se encargan de las reliquias.
Su receta es un secreto, pero hay ingredientes que no se pueden ocultar al olfato, porque semanas antes de la celebración las calles más inmediatas al monasterio empiezan a traernos aromas a matalauva y limón.
Se dice que San Blas es el protector contra los males de garganta y es habitual colgar del cuello de los más pequeños la reliquia para que el santo los proteja.
Es una tradición en la ciudad recoger la bolsica de rollicos y las reliquias, así como aprovechar para visitar el magnífico grupo escultórico de Salzillo que tienen las Mercedarias en el nuevo edificio Merced Raíces y futuro.
San Blas era un santo, obispo y médico, sanando a los animales… cuentan que un niño se estaba atragantando y entonces le puso la mano San Blas en la garganta y expulsó la espina, por eso se le llama el patrón de los males de garganta.