El Carnaval de la Noche se conforma como todo un emblema de la fiesta

El espíritu nocturno de los carnavaleros va en aumento conforme pasan los años

En los disfraces nocturnos todo vale

En los disfraces nocturnos todo vale.

No cabe duda que el denominado “Carnaval de la Noche” se encuentra en creciente escalada, sobre todo desde que hace unos años atrás vienen proliferando también las “peñas nocturnas”, sumando así al colorido e imaginación crítica habituales, grandes dosis de fantasía. Tanto es así que la noche va cobrándose jornadas y el primer sábado de Carnaval ya se pueden ver numerosas comparsas alegrando las prostrimerías de la “Batalla de Cascarones” y el “Pregón”.

Una de las peñas sabadeñas por excelencia está representada por el “Equipo B”, un grupo que sobrepasa el medio centenar de jóvenes y que cada edición de la fiesta sorprende con su ingenio descarado y lleno de ironía.

El pasado año, llegó al centenar el número de peñas participantes en el concurso nocturno

Esta formación pionera ha creado escuela, y los sábados de Carnaval se deja ver,y también desde primeras horas de la tarde, un gran número de peñas. Esta formación pionera ha creado escuela, y los sábados de Carnaval ya se puede observar, desde primeras horas de la tarde, un gran número de peñas que también adelantan su salida para dicha jornada festiva. Por tanto, el Carnaval de la Noche está experimentando una imparable escalada, y no sólo en número sino también en calidad, puesto que las agrupaciones nocturnas hacen gala de unos diseños de lo más cuidado, aunando imaginación y laboriosidad.

La iniciativa privada de algunos establecimientos nocturnos, como es el caso del Pub Alquimia a la hora de convocar un premio fotográfico, también ha contribuido en gran medida al incremento de grupos que salen a la calle la noche del sábado para participar en este certamen.

Pese a todo, el lunes sigue ostentando el poder de ser “la noche”, por lo que en esta ocasión, al igual que en años anteriores, Águilas explosionará en un bullir de música, color y algarabía al compás de unos diseños cada vez más imaginativos y sofisticados. El pasado año, los grupos que subieron al escenario a participar en el Concurso Máscara de la Noche, llegaron a superar el centenar, todos ellos bajo los disfraces más dispares y, en ocasiones, “disparatados”.

Fantasías imaginativas sin concreción fueron lucidas por nombres clásicos de la noche, como es el caso de ”Las Moteras”, u otros diseños de mayor definición fueron desfilando por las tablas con el ánimo de conseguir alguno de los premios programados.

Aunque para las peñas nocturnas lo importante es divertirse y gozar de un ambiente único, del que precisamente ellas mismas son las protagonistas. Nada hay que decir, al margen de la agrupaciones, de todas aquellas máscaras émulo de los genuinos “mamarrachos”, propios de los orígenes y posterior desarrollo de los carnavales aguileños. La noche del lunes también se convierte en la suya.Es por ello que la nota dominante de la noche es el buen humor y la alegría por encima de todo. Cualquier disfraz es válido si va a significar el punto de partida para divertirse de lo grande, dando rienda suelta a todas cuantas manifestaciones emocionales sea éste capaz de suscitar.

Así, desde héroes de la pantalla, hasta los típicos “payasos” o aquellas caracterizaciones tradicionales, pasando por los diseños más atrevidos y los que donde juega el ingenio, un interminable abanico abierto a un mundo diferente como es el Carnaval. Un tiempo en que el maquillaje y la caracterización son los auténticos protagonistas, vistiendo la localidad entera de un manto nocturno multicolor transportado de un lado a otro por el estruendo de la música y el baile.

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