La lumbrerense María ‘La Piculina’ cumple 104 años
Es una de las personas más longevas de la Región de Murcia
104 años a sus espaldas, nada más y nada menos. María ‘La Piculina’ como es conocida en Puerto Lumbreras vive en casa de su hija, Ana Jordán, rodeada por su familia. Su vida no ha sido un camino de rosas, pues las espinas no han dejado de pinchar por su paso. Perdió un ojo por una simple subida de tensión con tan solo 16 años, y como por aquel entonces no había medios, se lo extirparon en vivo. Algo que no le ha impedido erigirse como la persona fuerte que es.
Proviene de una familia muy humilde y numerosa, pues ‘La Piculina’ es la segunda hija de seis hermanos. Recuerda y aún tiene muy presente la guerra, tanto las penurias y el hambre, como los destrozos y quemas que se hicieron a las imágenes sagradas. Vivía en una casa en la falda del castillo y ayudaba más de lo que podía a su familia. Aun así, iba lo que se podía en aquella época a la escuela porque a responsable le gana poca gente.
María creció y se casó. Sin embargo, su marido estaba enfermo y no podía trabajar; por lo que ella, no dudó ni un segundo en echarse toda la casa encima para ayudar a su familia. Sin duda, una adelantada a su época que no le importó otra cosa que sus allegados. Con una burra iba por el campo repartiendo telas y ajuares. Allí, le pagaban con huevos que vendía para poder sacar dinero. Ganaba muy poco y alimentaba a su esposo y a sus hijos.
Trabajadora y luchadora incansable, lo ha dado todo por su familia. De hecho, ha llegado a criar a sus nietos, que la consideran una madre.
La vida le arrebató a su marido hace 40 años, cuando María tenía poco más de 60; y a tres de sus hijos, uno con tan solo siete meses y unas mellizas en el momento del parto. Con dos hijos, cinco nietos y tres bisnietos, todos hablan maravillas de ella. Su familia y su pueblo al completo. La gente adora a María, que a pesar de ser reservada, tiene el cariño de todos los lumbrerenses.
Insignia y marca propia se mantienen a lo largo del tiempo “su delantal, su nudo y sus 4 piñapelos en la cabeza”, como dice su hija, Ana Jordán. Porque María, como un reloj, da vueltas pero marca las horas con precisión y exactitud. Recuerda aquellos momentos de la infancia como si fueran ayer, y lo narra para disfrute de sus hijos y nietos, quienes aseguran historias son crónicas del paso del tiempo en Puerto Lumbreras. Adora pasar tiempo en casa con tranquilidad. No le gusta cantar, ni la fiesta pero le gusta reunir a su familia.
La peculiaridad también reside en ‘La Piculina’, le encantan los dulces secos y es vegetariana. Nunca ha probado la carne, y eso que en casa sus padres tenía cabras pero como reconoce su hija: “Ella prefería tomarse una manzanilla y acostarse”. En su dieta no pueden faltar verduras, patatas, higos, fruta y, sobre todo, bacalao.
Muy conocida en Puerto Lumbreras por ese trabajo que le permitía un trato de tú a tú con la gente. Ella siempre ha sido cercana y alejada de la crítica. Nunca se ha alegrado del mal ajeno. Buena persona que ha salido adelante con una mano delante y otra detrás.
Su hija, Ana Jordán la define como “un roble adelantado a su tiempo”. Actualmente continúa con una “salud de hierro”, con “su cabeza bien puesta y que no olvida nada”; y sin miedo a ninguna cosa. Resiste al paso del tiempo con fortaleza y sin perder las ganas por seguir disfrutando de sus hijos, nietos y bisnietos y del cariño de todos los lumbrerenses.
Este 9 de febrero, celebra su cumpleaños número 104 en la intimidad de su casa y siendo la madre que para todos es. Así, es una de las personas más longevas de la Región de Murcia.