Carmen y el mar

Luchadora y amante de la paz y la concordia. Su coraje, su brío y su combatividad no obnubilaron nunca su templanza; ni su afectividad y cariño hacia quienes navegábamos con el mismo viento en popa que ella, aunque arriando velas cuando el estado de la mar así lo aconsejaba. Esa era Carmen.

Procedente de ese estrato social que, por humilde, suele regalarnos muchas buenas, excelentes, personas, su vida fue de una coherencia exquisita. La vida, como reza el aserto, la fue curtiendo en mil batallas.

Y por eso aprendió a saber estar y decidir, actitudes no demasiado generalizadas. Así era Carmen. Utilizó el medio con el que le gustaba expresar sus sentimientos, el verso y la rima, para mostrar su deseo de fundirse con el mar cuando su cuerpo quedara sin vida. Carmen y el mar.

Y como la libertad de echar el pensamiento a volar no se le puede hurtar a nadie, imagino a Carmen fundida en un abrazo con la exquisita y lánguida poetisa Alfonsina Storni, que entregó su vida al mar. Y por qué no vestir de actualidad y dedicarle a Carmen, con los matices diferenciadores que se quiera, aquellos versos envolventes, “Alfonsina y el mar”, que Mercedes Sosa cantaba a la autora argentina:

Por la blanda arena que lame el mar/ su pequeña huella no vuelve más / y un sendero solo de pena y silencio llegó / hasta el agua profunda/ y un sendero solo de penas puras llegó/ hasta la espuma.

Quién sabe qué angustia te acompañó/ qué dolores viejos calló tu voz/ para recostarte arrullada en el canto/ de las caracolas marinas/ la canción que canta en el fondo oscuro del mar

la caracola/ Te vas Alfonsina con tu soledad /¿qué poemas nuevos fuiste a buscar? /Y una voz antigua de viento y de mar

te requiebra el alma/ y la está llamando/y te vas, hacia allá como en sueños,/ dormida Alfonsina, vestida de mar.

También se nos sumó, desde el primer momento, a la iniciativa de la Asociación Milana Bonita por la admiración y el cariño que profesaba al actor de la Cuesta de Gos. Y por eso podemos imaginárnosla, así mismo, repentizando cuartetas o quintillas con su admirado y querido Paco Rabal.

Con su muerte, Milana Bonita ha perdido a la socia de más edad. Pero muchos de nosotros nos vemos ya privados del disfrute que suponía tenerla en nuestro barco.

Y cada vez que miremos al mar o sintamos el sonido de una ola al romper recordaremos alguno, o muchos, de los momentos que disfrutamos al lado de Carmen.

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies