Reflexiones sobre la muestra de la civilización Ibérica en la Casa de Cultura Francisco Rabal

El pasado dia 5 de este mes de Febrero , se inauguró la exposición de Los primeros pasos de la Arqueología Ibérica en Murcia, cuya muestra se puede ver en el salón Manuel Coronado de nuestra Casa Cultural Francisco Rabal.

Aunque estaba invitado por el alcalde Juan Ramírez Soto, no pude asistir a la misma por hallarme ausente . Pero anoche, sí que le eché un vistazo a dicha exposición y ahora expongo algunas ideas que he sacado de esta visita.

En primer lugar tengo que manifestar que en mi opinión son muy escasas las piezas ibéricas que el visitante puede admirar cuando en nuestra región es ubérrima en los vestigios que nos dejaron esta civilización raiz de nuestra raza hispánica.

Pero, claro, menos da una piedra, y en nuestro pueblo es la primera vez que se expone esta exigua muestra . Mas para el público en general es suficiente porque le da la ocasión de poder admirar que nuestros lejanos antepasados no eran tan bárbaros y salvajes como podemos suponer.

En efecto, dominaban con esmero no solo la cerámica sino también la escultura pétrea ( ahí tenemos las Damas de Baza y de Elche o la Dama Oferente del Cerro de los Santos ).

Sobre la aleación de los metales, eran excelentes operarios, así el bronce que lo aprovechaban para sus armas de guerra, utensilios domésticos o de labor en la agricultura. Incluso en planchas broncíneas la utilizaban para inscribir sus documentos, como podemos admirar en el Museo del Cigarralero de la ciudad de Mula.

Por los vestigios encontrados en sus poblados podemos conocer que los iberos eran agricultores, apicultores y ganaderos, pero además eran duchos en el arte de la guerra, y algunos de sus poblados estaban amurallados para defenderse de otros vecinos que no les eran fraternales.

Practicaban con suma agilidad el arte ecuestre y eran expertos en el manejo del pilo( una barra de hierro puntiaguda que lanzaban con destreza ) o eran temibles con la falcata , su espada , con adornos artísticos en su empuñadura. Eran fieles a sus mandos , adoraban a la Luna en las noches de plenilunio, y hacían grandes duelos en sus funerales cuando sus deudos eran incinerados en las piras funerarias.

Supongo que no eran gente del mar, como los griegos o fenicios, que traficaban con ellos , pues el poblamiento ibérico se encuentra siempre lejos de la costa. Eran gentes del interior y es muy verosimil que no practicaran el tráfico marítimo ni la pesca a gran escala.

Razón por la cual en nuestro solar natal , que yo sepa, no se ha hallado ninguna muestra de los iberos. Sólo he podido ver en la sala de la exposición un trozo de vasija decorada a estilo ibérico, hallada en la calle de San Juan, lugar muy propicio para los hallazgos arqueológicos. A mi modo de ver, esto es un caso insólito. Otra cosa es el paraje de la diputación de Tebar, donde es conocido desde hace mucho tiempo el tesoro cultural de pasadas civilizaciones que todavía está enterrado en sus inmediaciones. El vestigio ibérico es notable.

Referente a los paneles de la exposición hay que considerar que son muy didácticos, y nos dan una idea muy aceptable del estudio y las actividades arqueológicas llevadas a cabo por los profesores de la Universidad de Murcia.
En primer lugar resalta la labor de la profesora Dª Ana María Muñoz Amabilia, que pasó por la cátedra murciana en los años 1975 a 1990, siendo la fundadora de la escuela de Arqueología de nuestra región, La conocí cuando estaba en plena actividad profesional en el conjunto argárico de Almendritos. Su discípulo preferido fue Pedro Aº Lillo Carpio.

Siguió los pasos de su maestra, y dejó una profunda huella en el terreno de la investigación de esta cultura ancestral hispánica y en su labor pedagógica. A comienzos de los años ochenta, Lillo Carpio acompañado del inolvidable paisano y amigo Felipe Palacios, me visitó en mi propio domicilio y con suma amabilidad me catalogó las piezas antiguas que tenia en una vitrina, destacando la figurilla de terracota del dios púnico Bes, . Esta notable pieza junto con otras en su día las doné a nuestro Museo arqueológico Municipal

Otra figura destacada en la labor arqueológica mostrada en estos paneles es la de Jerónimo Molina García, maestro nacional de Jumilla. Creó en su Ciudad natal el Museo que lleva su nombre. En 1966 me entrevisté con él para informarle del hallazgo que hice junto con los jóvenes de Portmán, del famoso mosaico romano del Siglo IV en el paraje de la Huerta del Paturro.

Me sugirió que lo comunicara al Comisario de Arqueología Manuel Jorge Aragoneses , debido a la importancia del pavimento que muestra una diosa coronada de laurel y dos pavos reales adornado con magnificas cenefas de pájaros y frutas. En toda la región es único en su género, y por lo visto, lamentablemente está guardado convertido en piezas en un almacén pormánense.

Debido al consejo de Jerónimo Molina, tuve una entrevista en su despacho Oficial en el Paseo de Alfonso X El Sabio con Jorge Aragoneses, que de inmediato se personó en el lugar del hallazgo , y comenzó la prospección y descubrimiento de este excepcional mosaico de más de 30 cuadrados de dimensión. En verdad que el recuerdo que tengo de este funcionario no es muy grato, y no voy a detallar el motivo de estas sombras negativas que en un tiempo no fueron muy gratificantes.

Ya pongo punto final a este artículo, señalando que para el siguiente voy a exponer mi opinión que he sacado de las distinta piezas procedentes de nuestro museo municipal , y que ahora se exponen en la muestra itinerante de la Arqueología Ibérica en la Región de Murcia.

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