El Ayuntamiento y el Colegio de Ingenieros de Caminos coinciden en la “extrema urgencia” de construir las presas de laminación de Nogalte, Béjar y Torrecilla, y el canal de evacuación en la rambla de Biznaga
Fulgencio Gil completa con esta sesión de análisis, seguimiento de proyectos y puesta en común, la ronda de reuniones con colectivos vecinales y profesionales: “estamos todos juntos en esto. Las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, y el canal de la rambla de Biznaga son obras de extrema urgencia”
El primer edil ha mantenido encuentros recientemente con las asociaciones de vecinos de las pedanías afectadas, así como con el Colegio de Geógrafos y Ordenación del Territorio, Colegio de Arquitectos y Comunidad de Regantes
Fulgencio Gil, alcalde de Lorca: “No pueden seguir excusándose en cálculos económicos para no construir estas presas. Es cuestión de tiempo que una DANA nos vuelva a golpear. Saben las obras que hay que hacer y lo que va a pasar cuando llueva. No hacer nada no es una opción”
El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil Jódar, ha mantenido una sesión de trabajo con el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos en su sede de Murcia, con el objetivo de revisar las evidentes necesidades que presenta el municipio en materia de infraestructuras hidráulicas y en concreto de los proyectos incluidos en el Plan de Defensa de Inundaciones que se definió en base a las consecuencias de la riada de San Wenceslao, que devastó gran parte de las pedanías de la huerta en el año 2012. El encuentro ha servido para poner en común las reivindicaciones existentes por parte de los colectivos sociales, vecinales e institucionales de Lorca, así como la opinión de los profesionales del Colegio.
En esta reunión han participado junto al alcalde, los concejales de Urbanismo y Grandes Infraestructuras, María Hernández y Ángel Meca, así como el Decano del Colegio, Alejandro Lázaro, y el secretario de esta institución, Alfredo Salar.
El panel de expertos constituido tras la DANA de 2019 analizó la problemática existente en las pedanías de Torrecilla, Campillo y Purias, ya que se trata de una de las zonas con mayor riesgo de inundación cada vez que se registran fuertes precipitaciones.
Ayuntamiento y Colegio de Ingenieros han coincidido en la necesidad de construir cuanto antes las presas de laminación que constituyen un “escudo protector” para salvaguardar a los lorquinos. Estamos hablando de las presas que han de contener las riadas en la cabecera de las ramblas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, cuya edificación es de “extrema urgencia”.
Tal y como ha manifestado el alcalde “la construcción de estas presas no es una opción, es una obligación que el gobierno central tiene con Lorca: nos lo deben, y están llegando muy tarde. La paciencia de los vecinos se ha agotado, un sentimiento que compartirnos plenamente porque este olvido es inaceptable y sus consecuencias se cuentan en pérdida de vidas humanas. Nos va la vida en ello pero observamos con frustración que fuera de Lorca no terminan de ser conscientes del problema que tenemos y del miedo que sienten nuestros vecinos cada vez que el cielo se oscurece”.
Fulgencio Gil ha informado, además, de la necesidad de que se agilicen los trámites para habilitar el canal de la rambla de Biznaga, una infraestructura “vital” para evitar la acumulación de agua en estas pedanías, y que conduciría las avenidas a través de un cauce ampliamente demandado por los vecinos.
El mal estado que presentan las ramblas del término municipal de Lorca ha sido también tema principal de este encuentro institucional, señalando la necesidad de que se inicien cuanto antes las pertinentes tareas de limpieza, desescombro y mantenimiento para que, en caso necesario, los cauces tengan capacidad de paso para el agua, y se eviten problemas a las personas, como ya hemos sufrido con anterioridad en nuestro municipio.
Lorca y los Ingenieros de Caminos, historia común
Cabe señalar, como apunte histórico, que precisamente la fundación en España de este Colegio de Ingenieros, denominado entonces Escuela de Ingenieros de Caminos, fue una de las consecuencias directas de la rotura de la segunda presa del embalse de Puentes, una tragedia acontecida en el mes de abril de 1802, que se cobró la vida de 608 personas.
Lorca ha tenido que soportar periódicos golpes por devastadoras inundaciones a lo largo de la historia, lamentando numerosas víctimas mortales y daños materiales de extraordinaria magnitud. A cada tragedia, ha seguido una respuesta, aprendiendo de la experiencia sufrida. De esta forma, tras la riada de Santa Teresa en 1879, que provocó 800 víctimas mortales, se reaccionó con la redacción y ejecución de losproyectos integrados en el Plan García y Gaztelu. En Lorca, este documento se materializó en la construcción de la tercera presa de Puentes y el recrecimiento del embalse de Valdeinfierno.
Las inundaciones volvieron a golpear con fuerza a los lorquinos y a nuestros vecinos lumbrerenses el 19 de octubre de 1973, provocando en aquella ocasión 85 víctimas mortales en dicha localidad, y 13 en Lorca, en una fatídica jornada en la que el río Guadalentín registró un caudal de agua cercano a los 3.000 m3 por segundo (como algunos tramos del río Orinoco), alcanzando una altura de 10 metros. La magnitud del desastre impulsó al Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU) a emprender la elaboración de un Plan General de Defensa contra Inundaciones, que vería la luz en 1977, y que tuvo como principales actuaciones en Lorca las obras para la canalización del río Guadalentín, junto a la prolongación de los muros de defensa aguas arriba y abajo de la ciudad (que se ejecutarían en la década de los 80), así como el inicio de los trámites tendentes a la construcción de la Cuarta Presa del Embalse de Puentes, con mayor capacidad que la anterior, mayor elevación y dotada de un sistema de regulación mucho más moderno.
Esta intervención fue aprovechada también para la limpieza del tarquín acumulado que había supuesto una sensible merma de la capacidad de almacenamiento de agua. La necesidad de construir Puentes IV quedó acentuada con las inundaciones de 1986 y 1987, que provocaron la elaboración del Plan de Defensa Contra las Avenidas de 1987, que daba luz verde definitiva a este proyecto. La obra fue inaugurada en el año 2000, con capacidad de frenar una riada con el doble de fuerza que la de 1973.
Este Sistema de Defensa frente a Inundaciones se mostró muy eficaz durante la riada de San Wenceslao, el 28 de septiembre de 2012, destacando especialmente la cuarta presa de Puentes, que evitó que el casco urbano de Lorca y sus barrios quedaran anegados. Sin embargo, las zonas de Nogalte, Biznaga, La Torrecilla, Campillo y Purias resultaron seriamente afectadas.
De nuevo, Lorca tenía que aprender de una nefasta experiencia, conformándose de común acuerdo, y constituyendo objeto de consenso social, la necesidad de emprender los trabajos para la ejecución del Plan General de Defensa del Alto Guadalentín, integrado básicamente por la construcción de las presas de Nogalte, Béjar y Torrecilla, el canal para el encauzamiento de la rambla de Biznaga, y la limpieza de los cauces de existentes en nuestro amplio término municipal, el segundo más extenso de España. En este contexto, resulta de extrema necesidad que el Ministerio para la Transición Ecológica reconsidere su decisión de no ejecutar estas actuaciones, manifiestamente vitales, reactivando los trámites para que el municipio de Lorca cuente con la protección que todos queremos frente a futuras inundaciones.
Desde el Ayuntamiento se entiende que los mencionados proyectos no merecen ser relegados en base a un hipotético retorno económico no justificado, y no se comparte la decisión de que fueran excluidos del Plan de Gestión de Riesgo de Inundaciones de la cuenca del Segura 2022/2027. La seguridad de los ciudadanos no puede supeditarse a consideraciones económicas. La construcción de estas infraestructuras es esencial para salvaguardar la vida y el patrimonio de los habitantes de Lorca, Puerto Lumbreras y municipios adyacentes.