Estamos de fiesta

De enhorabuena parece que tenemos que estar. Desde la declaración de los asesinos vascuences de que ya no van a matar, de forma permanente, parece que tenemos que estar de enhorabuena.

Pues sí que lo estamos, la inmensa mayoría de los españoles, que algunos hemos crecido oyendo hablar de ETA toda la vida. Y aunque alguna vez hubo quien los miró con simpatía, como cuando hicieron volar sin alas a Carrero Blanco, se puede afirmar que nunca nadie que no sean los integristas vascos ha visto ni medio bien lo que han hecho estos canallas. Ya, a última hora, se han centrado en hacer lo necesario para no ponerse a trabajar, o sea, aplicar la técnica mafiosa del cobro de impuestos revolucionarios.

Cualquier cosa antes de tener que trabajar, los muy cabrones.

Y es que a un tío que tiene lo suficiente para pegarle un tiro en la nuca a un guardia civil, no se lo imagina uno poniendo sellos en Correos, eso hay que reconocerlo. A ver cómo reciclas a unos cien energúmenos como los que ahora dicen que dejan las armas, de manera permanente. Darle un trabajo en los ayuntamientos de su cuerda podría ser una solución, lo mismo sacan el trabajo adelante como han conseguido sacarse sus carreras universitarias, los joputas, con amenazas y presiones al rector, al decano y al resto del profesorado. A mí se me ocurre que la mejor solución sería que estudiasen para “esteticien”, que ahí sí que van a tener trabajo asegurado, con la cara de las chicas del grupo, que tienen un rostro que pa qué las prisas , las jodías.

El otro problema es el de las víctimas, que sí que tienen que decir y se les puede escuchar pero creo que el resto de los españoles, siendo solidarios, no podemos dejar que compliquen el camino a la paz. Que si tienen que pedirnos perdón, que si tienen que reconocer que han perdido, que si tienen que decir que se avergüenzan de lo que han hecho, que si tienen que ponerse cara a la pared…

Eso está muy bien, pero debería quedarse de cara a la galería, sin molestar lo que queda para que hagan como los irlandeses : dejar las armas y comprometerse a no cogerlas más.

La otra cuestión es la política, que no es moco de pavo. Lo que en Gran Bretaña no pasó, pasará aquí. La primera lectura es muy bonita, pero pasando las semanas veremos que hay desacuerdo entre el gobierno y el partido de la oposición. Y es que , no hay que engañarse, Rajoy lo va a tener muy difícil para ganar las próximas elecciones si este tema sigue adelante con viento en popa. Alguien con muy mala intención me ha insinuado que su opción sería joder el proceso para que ese triunfo no le caiga a Zapatero.

No quisiera pensar que eso le pase por la cabeza a Rajoy ( aunque no sé, no sé…a Zaplana ), que sería como anteponer una cuestión personal a una del máximo interés general.

No quiero ni pensarlo. Pero en esta zona nuestra del sur de Europa donde predominan las cuestiones personales sobre las de grupo, podría pasar de todo. Sería imperdonable, pero hay que estar dispuesto a escuchar auténticas barbaridades, tanto desde las propuestas de los asesinos y de su primer simpatizante, Ibarreche, hasta como atenderlas que pudiera hacer , inopinadamente, alguien del gobierno; como las tonterías que puede seguir diciendo el tal Carod, en catalán por supuesto, como los reveses a cualquier avance del gobierno socialista que puede hacer Acebes.

Se nos va a poner la cara a cuadros más de una y más de cuatro veces.

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