900 toneladas de zahorra para el enarenado especial de las procesiones en Lorca

El Ayuntamiento establece un operativo particular para la realización de estas tareas, que recoge la experiencia de los procesionistas. Contará con la participación de operarios de la empresa municipal y amplio despliegue de maquinaria

El concejal delegado de Limusa, Juan Francisco Martínez, ha mantenido esta mañana una reunión de trabajo en la que ha participado personal técnico de la empresa municipal junto a representantes de los Pasos Blanco y Azul, con el fin de ultimar los detalles relativos a las tareas de enarenado de los diferentes enclaves de la ciudad por los que transcurren y se preparan nuestros Desfiles Bíblico-Pasionales de Semana Santa. De acuerdo con los previsto, el firme de Avenida Juan Carlos I, así como de la popular carrera secundaria, contará este año con 900 toneladas una mezcla específica de arena, zahorra artificial y grava para asegurar el correcto desarrollo de los desfiles bíblico pasionales de la Semana Santa lorquina, en los que los caballos constituyen uno de los elementos más destacados.

La arena que se le imprime al asfalto en el que transcurren los desfiles Bíblico Pasionales es una mezcla específica de 3 sustancias calizas distintas que presentan granulometrías que oscilan entre 0 y 10 milímetros, y que se elabora exclusivamente para este cometido.

La imposición de la grava que cubre las vías asfaltadas para facilitar el paso de los diferentes grupos de caballería comenzará a aplicarse a última hora de la noche del Jueves de Serenata, con el objetivo de que está dispuesta durante la madrugada del Viernes de Dolores. Los trabajos contemplan el enarenado de la Avenida Juan Carlos I, desde Óvalo hasta Huerto Ruano. Para la ejecución de estos trabajos se utilizará una pala cargadora, 4 camiones y un tractor para emparejar y repartir bien la arena. En total, aproximadamente 550 toneladas y unas 6 horas de trabajo.

Juan Francisco Martínez ha anticipado que Limusa ha prevenido un operativo especial para la puesta a punto del enarenado en caso de que sea necesario reponer el firme. Se trata de un dispositivo que intervendrá tras las procesiones de Viernes de Dolores y Domingo de Ramos, en caso de que la carrera lo precise, y en función de factores como el clima o el estado de la zahorra tras el paso de los diferentes grupos procesionales.

El Edil de Limusa ha manifestado que la siguiente actuación se realizará la noche del Miércoles Santo, jornada en la que se aplicarán otras 350 toneladas de material con la ayuda de maquinaria especializada que abarca una pala cargadora, 4 camiones y un tractor. Esa noche se ampliará el enarenado, incluyendo los tramos correspondientes al entorno del Óvalo, calle Poeta Gimeno Castellar, el tramo comprendido entre la iglesia de Santo Domingo y el Óvalo, Lope Gisbert, Poeta Carlos Mellado en su confluencia con Plaza de Colón, así como el desnivel de la confluencia entre Lope Gisbert y cuesta de San Francisco, con el objetivo de suavizar el desnivel de la vía y acomodar la estancia de los caballos. Se repasará, además, la carrera principal.

Durante la mañana del Viernes Santo, por parte de Limusa se prevé repasar las dos carreras y reponer parte de la zahorra que se pierde por el paso de los grupos de procesión y el tráfico rodado habitual, de acuerdo con la experiencia de años anteriores.

La zahorra artificial se retirará durante la madrugada del Sábado de Gloria, precisando para ello 4 palas cargadoras, 8 camiones, una mini excavadora y un tractor con una trajillla específicamente fabricada para este trabajo. Esta herramienta cuenta con un diseño exclusivo con una forma idéntica al desnivel de los bordillos de la calle Lope Gisbert, lo que permite limpiar de forma eficiente por encima del granito de la calle y agilizar el trabajo de los operarios.

En Avenida Juan Carlos I también se usa una herramienta específica para acceder por la parte inferior de los palcos y extraer de forma mecánica la mayor cantidad posible de material.

Limusa, además, colocará goma antideslizante para reducir el desnivel de los pasos elevados de Lope Gisbert y facilitar el paso de caballerías frente al Palacio de Guevara y la iglesia de Santo Domingo. Se trata de un elemento que presenta una anchura de calzada aproximada de 3,8 metros sobre 50 metros lineales.

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