¿Integridad?
Francisco López Belmonte
Es curioso cómo ciertas noticias pueden tener a un sector de la población pensando en un mismo momento sobre un asunto en concreto. Me refiero a noticias que nos hablan de escándalos morales, financieros o de otro tipo; pero sobre todo cuando estos escándalos son producidos por personas elegidas por una mayoría con la seguridad de que nunca iban a protagonizar este tipo de acontecimientos; personas que prometieron un comportamiento íntegro y que, incluso, llegaron a su puesto juzgando y censurando a otros por el mismo asunto en el que ahora caen ellos (en la Biblia está escrito: “El que cree estar firme cuide que no caiga”).
La Real Academia introduce, para definir la honradez, el término “integridad”. Hablar de honradez nos obliga a pensar en el proverbio que dice: “Pesa falsa y medida falsa abominación son a DIOS” o aquel otro: “con la medida con que midiereis seréis medidos”. Y esto hemos de aplicarlo a las diferentes áreas de nuestra vida: en el trabajo, en los negocios, en la política… Todo depende del concepto que tengamos de moralidad, por lo tanto, si nuestro comportamiento moral, en todas las facetas de nuestro ser, obedece a un deseo de integridad, la honradez aflorará en todas nuestras actividades.
La integridad como valor moral se da en una persona cuando es igual por dentro y por fuera. No hay discrepancia entre lo que dice y lo que hace, entre su forma de conducirse y sus pensamientos. Está demostrado cómo cambia nuestro comportamiento cuando estamos arriba, donde sabemos que nadie nos conoce realmente, donde tenemos acceso a la administración de los bienes de otros. En un mundo que nos invita a ascender como sea y por los medios que sea (codicia, engaño, fraude) la integridad es necesaria a niveles políticos y financieros, como también al nivel del pueblo llano.
Cada acción de nuestra vida que no sea fruto del deseo de obrar íntegramente (lo cual coincide de lleno con la voluntad de DIOS), será un ataque a la honestidad, a la moralidad. Está escrito: “Sabed que vuestro pecado os alcanzará” y así será tarde o temprano, porque todo lo oculto, antes o después, saldrá a la luz, con toda seguridad. Ser honrados nos acarreará problemas, sin duda, ya que será ir contracorriente y es más fácil dejarse llevar y ganar a corto plazo. Que DIOS nos ayude a mantenernos íntegros en todo momento, de tal forma que nuestro “sí” sea “sí” y nuestro “no” sea “no”.