Los feriantes, a la espera de la decisión sobre su verano

Llevan desde marzo sin poder trabajar y aún tienen la incertidumbre de no saber qué va a pasar este verano y si se va a poder celebrar la feria en el puerto

En Águilas hay varias familias que viven de la feria, de esos momentos de fiesta que alegran a los pequeños con las atracciones típicas de la localidad. Desde los coches de choque, por donde todas las generaciones han pasado, hasta la noria y todo tipo de atracciones semejantes que suben el estómago cada vez que te montas.

La pandemia del coronavirus ha destrozado este sector de feriantes. Las fiestas que venían han sido aplazadas, y algunas canceladas. Las de final de año penden de un hilo. En abril, cuando comienza la época de ferias, los feriantes se disponían a recorrer kilómetros con sus atracciones para alegrar durante esos días a los pueblos y ciudades que tocara, pero debido al COVID-19 todo eso ha sido cancelado y los feriantes se han quedado sin poder trabajar durante todo este tiempo.

Por si fuera poco, en el momento en el que se decretó el confinamiento muchos feriantes no estaban dados de alta en el régimen de autónomos, ya que lo suelen hacer cuando tienen trabajo, desde abril hasta octubre. No solo no han podido trabajar, sino que muchos no tienen ni derecho a paro.

Por suerte, la mayoría de los feriantes de Águilas sí que estaban dados de alta, tal y como cuenta Francisco Simó, feriante de la localidad. Estaban dados de alta porque en el municipio las atracciones de la feria siguen durante el invierno, aunque solo los fines de semana.
Todas las atracciones que hay ahora mismo en la Plaza de Antonio Cortijos “son de aguileños y estábamos dados de alta, por lo que estamos cobrando la subvención de unos seiscientos y pico de euros que da el Gobierno”, afirma Simó a La Actualidad.

El propio feriante aguileño declara que “ahora mismo debería estar en Madrid haciendo unas ferias, pero por el coronavirus” se encuentra parado en la plaza aguileña, y aunque reconoce que “la pandemia es más importante que cualquier cosa, que cualquier negocio”, espera que les encuentren pronto una solución que les permita volver a trabajar.

Afirma que se pueden adaptar a la normativa y a las medidas de seguridad que el Gobierno crea convenientes, “al igual que en cualquier otro establecimiento, y sobre todo aquí en Águilas que la Plaza de Antonio Cortijos es un recinto cerrado y es más fácil controlar el aforo”.

Su mayor incertidumbre ahora es el verano, donde miran con pesimismo, pero sin perder la esperanza porque sus meses buenos son julio, agosto y septiembre. “Estamos a la espera de saber qué va a pasar exactamente y si se va a autorizar en el puerto o no”, ya que es un verano “atípico porque no estamos acostumbrados a estar parados, y casi todos tendríamos que fuera de Águilas ahora mismo, incluso fuera de la provincia”, afirma Francisco Simó.

Así, los feriantes esperan que con el fin del estado de alarma se les dé más facilidades para poder ejercer su trabajo, con las medidas de seguridad oportunas. Algo que será vital para que puedan mantenerse durante este año, porque recordamos que ellos están ahí siempre, año tras año.

Esta web utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pincha el enlace para más información.

ACEPTAR
Aviso de cookies