Cáritas de Lorca duplica en número de usuarios desde que comenzó el Estado de Alarma
Actualmente son más de 1200 las familias lorquinas que están usando sus servicios; en su mayoría, recurren al banco de alimentos de La Viña, y unos pocos lo hacen en el economato situado en la Plaza Curtidores, en San Diego
Una de las entidades que mayor esfuerzo ha estado realizando, no solo durante esta alerta sanitaria, sino a lo largo de todo el año es Cáritas Lorca. Su economato ha visto duplicada su demanda en estos días, siendo más de 1200 las familias lorquinas que están usando sus servicios; en su mayoría, recurren al banco de alimentos de La Viña, y unos pocos lo hacen en el economato situado en la Plaza Curtidores, en San Diego, donde compran productos de higiene en general y alimentación al 30% de su coste, lo que alivia mucho la economía familiar.
El presidente de Caritas Lorca, Lázaro Caballero, resalta que “cada día se suman nuevas familias y a este ritmo los recursos iban a ser insuficientes y escasear algunos productos en las próximas semanas. Por ello, hay que destacar la ayuda del Ayuntamiento, que ha comprado más de 350.000 kilos de alimentos, con lo que tenemos reservas hasta julio”. También, destaca el presidente de Cáritas Lorca, “las donaciones de empresas y particulares están ayudando mucho a paliar la difícil situación, sobre todo aquella que son en metálico que nos permiten comprar los alimentos que más escasean, como son legumbres, harina o algunas latas de conservas”.
Por último, desde Cáritas quieren agradecer, en general, la solidaridad de todos aquellos que están ahí a diario, tanto los voluntarios como todos aquellos que hacen donaciones, en mayor o menor medida. “A todos ellos, solo decirles gracias”, como ha querido señalar Lázaro Caballero.
Además de las donaciones en metálico o de alimentos, Cáritas hacía una demanda tras un reportaje realizado por este periódico, que no era otra que la necesidad de dos equipos informáticos. En este sentido, con la colaboración y mediación de la Unión de Comerciantes de Lorca y Rosa Barnés, se han podido sustituir unos equipos, incluyendo impresoras, que estaban totalmente obsoletos y que se usaban para atender y ayudar a los usuarios.