Las medusas volverán a ser una amenaza para los bañistas
El Ministerio de Medio Ambiente planea poner en marcha una flota de barcos para detectar los bancos de medusas
Imagen de medusas
De nuevo las medusas amenazan con convertirse en un incómodo visitante de las playas de la localidad, al igual que sucediera el pasado verano cuando las costas aguileñas fueron unas de las más castigadas por la presencia de estos molestos animales cuya picadura causa graves molestias a los que las sufren, así como a los profesionales sanitarios que se ven, en ocasiones, desbordados por el gran número de bañistas que deben atender.
No obstante, la proliferación de celentéreos no es un caso aislado en Águilas sino que se está produciendo de forma generalizada y con especial incidencia en las costas Mediterráneas. Por este motivo, el Ministerio de Medio Ambiente ha decidido poner en marcha un plan nacional, en el que se impliquen de forma directa las comunidades autónomas y que incluye la creación de una flota de barcos dotados de la tecnología necesaria para detectar los bancos de medusas, su tamaño y sus movimientos.
Este proyecto servirá, no solo para retirar muchos de los ejemplares en alta mar utilizando para ello los llamados barcos-pelícano e impedir así que lleguen a las costas, sino también para realizar un pormenorizado estudio científico con el que poder analizar las causas de este fenómeno y estudiar las medidas más eficaces para combatirlas.
No obstante, y pese a no existir aún un estudio científico, la mayor parte de los biólogos coinciden en señalar que entre las causas de este proliferación de medusas se encuentran los cambios de la temperatura global que han supuesto un sensible aumento de la temperatura media del mar, unido a la disminución de sus depredadores naturales por la sobreexplotación pesquera.
El resto de factores que explica el aumento de su número en las costas son el exceso de nutrientes, presentes en los nitratos utilizados en la agricultura, que se vierten al mar y la alta salinidad del mar causadas por la escasez de lluvias algo idóneo para estos animales marinos que no toleran la salinidad baja.
También en invierno
La proliferación de medusas se está convirtiendo en un tema preocupante, ya no solo por el aumento del número de las mismas en las costas, sino porque su presencia se amplía cada vez más en el tiempo y ya no se limita, como hace algunas décadas, a determinados meses del año.
En este sentido, cabe destacar que en los pasados meses de agosto y febrero una plaga de celentéreos arribó a las costas aguileñas, haciéndose especialmente visible en el área del Puerto Pesquero donde los pescadores decían “no recordar nada parecido”.
Esta situación ,ha sido definida por algunos trabajadores del mar como “atípica”, ya que todos los pecadores consultados por este rotativo han coincidido en señalar que “nunca se habían visto medusas tan cerca de la costa en los meses de invierno”.
Además, los pescadores señalan que la proliferación de medusas es un problema que, si bien no afecta a las capturas, si supone un problema para el desarrollo de su trabajo. “La situación es igual en alta mar, lo que supone que al recoger las redes estas están llenas de medusas, complicando mucho la manipulación de las propias redes como de las capturas”, señalan algunos marinos de las costas aguileñas.Asimismo, la presencia masiva de medusas en las costas aguileñas conlleva, además del problema que supone para los bañistas y los pecadores sus molestas y dolorosas picaduras, un gravísimo problema, cuyas consecuencias son más a largo plazo, para el equilibrio del hábitat marino ya que las medusas y las larvas de sardina conviven en los mismos espacios marinos y estas últimas podrían verse afectadas muy negativamente.
Por otro lado, las plagas de celentéreos en las costas podrían convertirse, también, en un problema de dimensiones económicas, por la incidencia que podrían llegar a tener sobre el sector turístico de sol y playa que evitaría elegir destinos en los que los baños se hicieran imposibles por estos molestos animales marinos.
Ante este panorama es importante ser consciente de que las medusas han dejado de ser un ligero problema que nos impide disfrutar del mar durante algún día, y han pasado a convertirse en un problema global, directamente producido por los abusos y la falta de respeto, también global, del medio natural.