Spaguetti
Ya han pasado. Las elecciones al Parlamento europeo. Unos han ganado; y los otros también. En Eslovaquia les importa el tema de Europa menos que a los ingleses. Y al resto de europeos, nos importa la mitad de lo que debiera. Quizá porque no nos la creemos. Que cada uno somos de su padre y su madre y las normas no pueden valer para todos por igual ; por ejemplo, en España aún los tribunales de justicia no han dado carpetazo a las chorizadas de su presidente, como en Italia. Es cierto que hacen a diario cosas que nos ponen colorados ( como el caso de la empleada del juzgado de Sevilla, cuya incompetencia dio lugar a que un hijoputa acabara matando a una niña y que ahora ha sido perdonada en una muestra de corporativismo asustante ) , pero no han llegado a tapar a su primer ministro. Tampoco nuestro presidente se ha ido de ligue con menores de edad, ni monta orgías en Matalascañas, ni tiene el apelativo del italiano, ya conocido por “Il Follatore”. Marquemos diferencias con algunos europeos, que todavía tenemos un nivel para mezclarnos con según quién.
Más cerca deberíamos estar de los ingleses, que están cayendo como moscas por tirar de la caja del pueblo. Una democracia antigua, sin constitución escrita demuestra más categoría que aquella donde todavía se puede presentar a las elecciones la nieta del dictador o una actriz porno cutre, o donde las candidatas a Europa son las pavas que le han caído “en gracia” a Berlusconi. Vaya referencias.
En fin, que lo que ha pasado no es lo peor . Que lo más malo es que te vayas al Brasil y, a la vuelta, acabes en el mar por un cortocircuito del avión. O porque el piloto tenía su día. Que va uno al Caribe a divertirse y acaba divirtiendo a los tiburones del Atlántico.
Muerte involuntaria y que nadie se merece. No es lo mismo que la muerte del Pequeño Saltamontes, que se ha muerto dentro de un armario con los huevos atados al cuello, y la habitación cerrada por dentro, dice la prensa. Extraña postura. Y bastante poco digna, si se me permite la opinión. Parece que Tailandia es un paraíso sexual ( no lo sé, no he ido ) porque allí también estuvo el cabrón austriaco que tenía a su hija en el sótano. En fin, que la cosa sexual parece que tiene extremos que no se si todos estamos libres. Por ejemplo ( y no puedo dejar de aprovechar este ejemplo ) los niños irlandeses que no parecen que estuvieran libres de los curas que les cuidaban…….y parece que muy bien. Pandilla de vengadores de su propia situación, voluntaria y aceptada, de estar al margen del sexo para acabar jodiendo la vida a miles de niños indefensos. Buen ejemplo en uno de los países más católicos de Europa ( casi tanto como Italia y España ). Quizá algún sacerdote irlandés tendría que haber confortado al Pequeño Saltamontes en sus últimas horas, si queremos rizar el rizo. Que queremos.