Artículo de Opinión: «Velada de canciones románticas»

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Por Francisco José Montalbán Rodríguez

En su afán por acercarse a todos los géneros musicales posibles, la Asociación Promúsica Águilas, nos ofreció la noche del pasado 10 de Junio una velada ciertamente deliciosa, porque deliciosos eran los cantos que surgieron de la poderosa y a la vez tierna voz de la bella mezzosoprano sueca Petra Jablonski, acompañada concienzudamente al piano por su marido Patrik Jablonski.

La velada era un recorrido por el mundo del lied, esa pieza de canto con acompañamiento de piano, cuya letra se extrae de la obra de conocidos poetas. Este género surge y alcanza sus máximas cotas en Alemania y, por ello, los poetas elegidos son, lógicamente, germanos, como Goethe, Schiller, Heine y otros.
El príncipe absoluto del lied fue, sin duda, Franz Schubert, quien en un solo año llegó a escribir ciento cincuenta lieder. Siempre que se habla del lied, es inevitable rendirse a la perfección técnica de sus composiciones.
Si nos detenemos en los textos elegidos para ponerles música, tanto Schubert como Schumann, Mozart o Brahms podíamos calificarlos con la perspectiva del siglo XXI como livianos y, a veces, casi adolescentes. Pero eso es necesario puesto que la atmósfera romántica propendía a estas veleidades con escaso fondo y mucha entrega a lo sensual. Vimos en la traducción de los textos proyectados en una pantalla toda una variedad de tonos y medida, pero los contenidos, salvo alguna excepción, giran en torno a las veleidades de los amores adolescentes, esos en los que el morir de amor estaba presente en todos los estamentos sociales. Algunas composiciones son deliciosas, como aquellas que mostraban cómo sufren el enamoramiento las muchachas románticas, con sus tremendismos y su inocencia más pura. El engranaje del Romanticismo necesitaba que los sentidos se impusiesen sobre la razón, dejándose llevar hasta el extremo del dejarse morir o, incluso, suicidarse. También hubo algún lied con descripciones de la naturaleza que también se acogen al modelo de representación romántica del mundo. No hallaremos entre los lieder más importantes un poema de profundo pensamiento o la expresión de una creencia moral o religiosa; más bien sentiremos la presencia de floridos jardines y simpáticos pajarillos cantarines mientras el sol cae dando paso a la noche, donde las premoniciones y las dudas dominan las horas.
Petra Jablonski demostró dominar el género lied con gran solvencia, algo que exige una preparación vocal específica. Su delicadeza y la sensibilidad con la que expresó ayudó a crear una atmósfera cálida y casi hogareña, tal y como suponemos que serían las schubertiadas en vida del compositor, una amable reunión de aristócratas que se deleitaban con estas pequeñas piezas de canto sencillas pero muy hermosas.
Agradecer desde aquí el detalle de ofrecernos en una gran pantalla las traducciones y el original alemán de cada uno de los lieder, lo que ayudó mucho a adentrarnos en el maravilloso mundo del lied. Enhorabuena.

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