15 años del ascenso del Lorca Deportiva a 2ª División
Hoy viernes se cumplen 15 años del gol de Juan Carlos Ramos y la heroica remontada en Irún
Un artículo de José David Millán
Tal día como hoy, hace 15 años, toda la ciudad de Lorca dio fe de que los milagros existen. El 26 de junio de 2005 la plantilla del Lorca Deportiva CF, entrenado por Unai Emery, quien después dirigió a gigantes del fútbol europeo como el Valencia, Sevilla, PSG o Arsenal, visitó al histórico Real Unión de Irún, con un 1-2 en contra en la eliminatoria final de la fase de ascenso a 2ª División “A”, y con todos los pronósticos en contra tras la derrota en el Artés Carrasco. “Estábamos concentrados en el hotel Don Juan de Águilas, y tras el partido en casa estábamos todos muy jodidos. Esa misma noche los jugadores se juntaron, hablaron y nos convencimos que teníamos que intentar la remontada en Irún. Toda la temporada fuimos a remolque, pero logramos meternos en playoff, y después eliminar al mejor equipo de toda la 2ªB; el Alicante, teníamos que darlo todo”, nos asegura el propio Emery desde su casa en Valencia.
El presidente, Antonio Baños, genio y figura, fue protagonista en la arenga de una noche clave en el devenir de los acontecimientos: “les dije que yo no había perdido nunca nada, que los jugadores del Real Unión les iban a quitar el pan de sus hijos. ¿Y qué se hace por tus hijos?”, les preguntó retóricamente. “Tras el partido y al ver al presidente del Irún pegando saltos y gritando en el césped como si ya hubieran ascendido, le dije que estaba faltándonos al respeto, que nuestro resultado favorito era 1-3 y era lo que les íbamos a meter allí”.
Baños, que nos atiende con el mismo humor y efusividad de siempre pese al reciente y grave accidente de tráfico que le ha dejado 5 costillas rotas, fue quien dio la primera oportunidad en un banquillo a Emery, sustituyendo a Quique Yagüe a mitad de temporada: “teníamos un caballo de carreras, y Quique le tiraba de las riendas. Hablé con Unai y confié en él, le dije tienes que salir siempre al ataque. Si haces lo contrario, al día siguiente te vas. Le desarrollé un 4-3-3 presionante. No le enseñé pero le ayudé mucho”, recuerda.
Para el a la postre “héroe de Irún”; Juan Carlos Ramos, tener a Emery de entrenador fue “curioso”, ya que el vasco empezó la temporada siendo su compañero de equipo, y se cambiaba justo a su lado. Sin embargo, “el vestuario supo entender ese cambio y toda la plantilla se adaptó perfectamente. La clave es que teníamos equipo muy competitivo, una competición sana entre nosotros que beneficiaba al conjunto y siempre se rendía al máximo nivel. En ningún momento bajamos los brazos, y cualquier alineación que Emery sacaba respondía sobre el terreno de juego. Fue con el equipo que más disfruté en mi carrera”, recuerda “el Mago de la Puebla”.
El gran día, y 700 kilómetros después, la plantilla paseaba por Irún en la previa al partido, y en una de las calles encontraron aparcado el autobús descapotable del Real Unión, preparado para la fiesta tras el 1-2 en Lorca, y rotulado con “Somos de 2ª División”. La puntilla que faltaba para un equipo que como asegura Unai Emery “iba muy mentalizado en realizar el partido lo mejor posible, había que ganar haciendo 2 goles. Tenía un equipo comprometido, muy ganador y con mucho potencial. Les dije que éramos unos privilegiados, nos levantábamos a las 8:30 de la mañana y nos íbamos a jugar al futbol. Era nuestra oportunidad de dar el salto al fútbol profesional y había que morir hasta el final”.
ANTONIO BAÑOS, PRESIDENTE
“Teníamos un caballo de carreras, y Quique le tiraba de las riendas. Hablé con Unai y confié en él, le dije tienes que salir siempre al ataque. Si haces lo contrario, al día siguiente te vas. Le desarrollé un 4-3-3 presionante. No le enseñé pero le ayudé mucho”
JAVI RUFETE, JEFE DE PRENSA
“En toda España no había ninguna empresa con autobús descapotable disponible, y encontré una en Benidorm. Llegó casi a la misma vez que nosotros e hicimos el traslado en La Hoya. Fui a “Victoriano” y compré pelucas, tizas blancas y azules. En un viaje de Irún a Lorca, 700 km, conseguimos preparar una fiesta de ascenso”
El partido en el Stadium Gal fue el primero que se retransmitió por televisión en toda la historia del fútbol de Lorca. “Se trataba de darle la máxima repercusión y se nos ocurrió retransmitirlo a través de Onda 7. El alcalde, Miguel Navarro y el concejal de Deportes; Antonio Vidal, apoyaron la iniciativa y además propusieron colocar una pantalla gigante en el Recinto Ferial de Santa Quiteria, que luego se abarrotó, para ver el encuentro. No encontré a nadie para narrar, y lo tuve que hacer yo y me llevé de comentarista a Pedro Cazorla que era administrativo del club tras dejarse el fútbol. Nos montaron el set de narración pero como había pocos medios a nuestra disposición, nos pusieron unos auriculares que iban unidos. Nos adelantamos 0-2 en el marcador, y Cazorla saltó de la silla con el segundo, y me sacó de la mesa ‘con el cuello colgando’ al estar unidos por el auricular. En qué me vi de cantar el gol, me ahogaba y me dio la tos”, recuerda entre risas Javier Rufete, jefe de prensa de aquel Lorca Deportiva.
Después de lograr lo más difícil y darle la vuelta a la eliminatoria, el árbitro añadió 5 minutos de descuento. En el 95 fue expulsado el central Iñaki Bea por doble amarilla, y en el 96, fuera de tiempo, Sukía marcó el 1-2 cuando Rufete ya cantaba “estamos en el fútbol profesional” y mandó el partido a la prórroga. “Fue un palo muy gordo. Con un jugador menos, ellos se metieron en el partido in extremis, se vinieron arriba, la afición apretaba mucho, pero hablamos de seguir compitiendo, bien ordenados”, señala Ramos.
Y con ese orden y esa actitud, llegó el minuto mágico, el 112. Antonio Robles cortó un balón dividido en el centro del campo, que cayó en los pies de “Zizou Ramos”, y que este sin pensarlo le pegó casi desde Lorca, logrando el 1-3 con una parábola perfecta. “Cuando vi salir el esférico de los pies de Ramos, pensé ¡entra!”, añade efusivo Antonio Baños. “Unai nos puso vídeos del Real Unión, y me fijé en que el portero; Otermin, se solía adelantar. Tuve la suerte de recibir el balón ahí, y de la décima de segundo que cogí al meta fuera de su arco”, explica Ramos. La alegría se desbordó sobre el césped y en Santa Quiteria. Rufete gritaba en la narración “el Señor es lorquino y nos devolvió lo que nos había quitado”, que posteriormente muchos aficionados usarían como tono de su móvil. Pedro Cazorla no podía hablar y abandonó la retransmisión. Era el gol de una ciudad entera, de un sueño cumplido. “Igual lo he visto 100 veces Youtube”, dice Unai Emery.
Finalizó el encuentro, y los aficionados de Lorca desplazados a Irún invadieron el Stadium Gal. Baños aprovechó para recordarle al presidente del Real Unión su vaticinio sobre la remontada. La noche en tierras vascas fue movida, pero había que pensar en la celebración. “No teníamos nada preparado. A la mañana siguiente nos bajamos en coche particular hasta Lorca, y en el trayecto llamé a Julio Ponce, de Daen, para que nos hiciera unas camisetas y tenerlas por la tarde. En toda España no había ninguna empresa con autobús descapotable disponible, y encontré una en Benidorm que sí, pero que decía que no podía ir a más de 80 km/h. Llegó casi a la misma vez que nosotros e hicimos el traslado en La Hoya. Fui a “Victoriano” y compré pelucas, tizas blancas y azules. En un viaje de Irún a Lorca, 700 km, conseguimos preparar una fiesta de ascenso. Esto refleja lo poco que creíamos en conseguirlo, mientras ellos tenían ya el champán en la nevera”, explica Javier Rufete. “Me impresionó el recibimiento que nos dio la ciudad. Toda la gente estaba en las calles desde que entramos por el Barrio Apolonia hasta la Plaza de España”, recuerda Ramos. “En la celebración, tenía muchas ganas de hablar desde el balcón del Ayuntamiento, y me acordé que el Real Murcia dijo que no venía a inaugurar el Artés Carrasco. No evité soltarlo: “Nuestro querido Murcia ya no va a tener que venir a inaugurar el campo, ahora va a venir por cojones”, dijo Antonio Baños.
Todos los protagonistas de esta maravillosa historia coinciden en que la clave fue ser más que un equipo, “una gran familia”. A la temporada siguiente, el Lorca Deportiva acarició el ascenso a Primera División, un sueño que se murió en los guantes de Cavallero, meta del Levante que detuvo un penalti a Sava en el partido decisivo en Valencia. “Hicimos un equipo competitivo, practicando un gran fútbol y salió un año sensacional que estuvimos a punto de acabar en la mejor liga del mundo. Fue una experiencia y un aprendizaje tremendo. Me quedo con 3 años maravillosos, viví en la Avenida Europa, mi hijo pasó los primeros 3 años de su vida en Lorca. Hice grandes amigos y entre ellos mi segundo entonces; Leo López, que nos dejó lamentablemente hace un año”, señala Emery.
“Veía al equipo en Primera, y había un proyecto de ampliar el estadio para tener 4.000 espectadores más, hasta los 12.000, todo estudiado, previsto y los planos hechos”. No pudo ser, pero fue una de las etapas más bonitas de mi vida, recuerda el presidente Baños.
Una etapa inolvidable, que pasen los años que pasen, quedará en la memoria y en los corazones de todos los lorquinistas. 25 años después, el Lorca Deportiva fue de Segunda División.