Pepo’s, nos escucharemos en el cielo
La última vez que hice un programa de radio con Pepo’s estuvo relacionado con el carnaval. Durante un mes coincidimos en un programa en el que se hablaba y debatía sobre el presente y el futuro de la fiesta. De esto hace ya varios años y era la primera vez que yo me ponía delante de un micrófono para hacer programas en directo.
Pepo’s llevaba bastante tiempo en radio pero su trabajo pasaba desapercibido porque era de ese tipo de personas a las que les gusta estar en segunda línea. Su trabajo en las ondas fue bastante discreto porque a pesar de los años en el medio su función no era la de comunicar sino otra más difícil, la de comunicarse con los anunciantes para conseguir la publicidad. En los medios de comunicación ese trabajo no se ve, pero es uno de los más importantes.
Pepo’s fue el primero que me dijo que no desperdiciara mi voz, algo que todavía no tengo muy claro, porque la voz en las personas es secundario. Él tenía lo que realmente importa, corazón y sinceridad. Su corazón le hizo ser una persona buena y seguro que quienes lo conocieron tendrán muchos motivos para decirlo. A Pepo’s le falló hace unos días el corazón y seguro que fue de tanto usarlo.
Con relación a su sinceridad estoy convencido que en numerosas ocasiones se arrepintió de las cosas que había dicho porque ya se sabe que decir las verdades te hace ser un diablo, sobre todo en los medios de comunicación.
Hace unos años tuvimos que separarnos por culpa de no sé quién, ni tampoco quiero saberlo. Nuestra vida profesional, desde entonces, nunca estuvo unida y él siguió con sus ideas radiofónicas y su publicidad y yo con las mías. Durante ese periodo no sé cómo le fue.
La última vez que le ví, hace muy poco, seguía siendo la misma excelente persona de siempre y me dijo que trabajaba en la COPE, también dedicándose a la publicidad. Me comentó que la radio tendría que ser algo más que un negocio porque al final siempre vuelves a ella. Yo creo que se equivocó cuando se dedicó al mundo de la publicidad. Su trabajo debería haber estado junto al micrófono donde se hubiera demostrado su gran potencial como comunicador. Quienes lo recuerdan estarán de acuerdo conmigo en la genialidad de su interpretación del personaje de “Don Nadie” en los programas matinales de la radio en la que trabajábamos. A Pepo’s también le gustaban mucho los deportes, especialmente el fútbol y el ciclismo e incluso llegó a participar en la retransmisión de algunos partidos de fútbol. Siempre he pensado que Pepo’s hubiera podido hacer un programa de deportes muy interesante.
Hay que reconocer que se dio cuenta antes que muchos qué es lo que buscan los dueños de los medios de comunicación.
En el día de su entierro no había micrófonos, ni parrillas de publicidad y menos aún estilos de radio. Estábamos los que realmente hemos pasado buenos y malos momentos con él. Su familia, sus amigos y sus compañeros.
Pepo’s, nos escucharemos a diario por el cielo, que es por donde volamos y viviremos sin necesidad de hacer rentable nada.
Santi Velasco