“Cas” una firma importante del siglo XIX y XX

Plazas30+1
Por Juan Hernández
A finales del siglo XIX, llegó a Águilas procedente de Vélez Rubio, un joven de 12 años llamado Eduardo Cas Llamas. Venía a abrirse camino ya que la situación económica de su familia no era buena. Fue recomendado por una persona de su pueblo que conocía a un comerciante de Águilas apodado “el pequeñín”, que tenía un establecimiento cerca de la plaza de abastos; así que solo por la comida fue admitido en ese comercio, donde comenzó a conocer el movimiento comercial que había, que en aquella época era muy poco (en Águilas había solo unos 15.800 habitantes).

Su conducta formal y familiar hizo que su «nueva familia» le tomara cariño y poco a poco fueron dejando el negocio en sus manos. Pero a los 6 años de estar en la tienda, el dueño falleció y la viuda, no sabiendo nada del negocio, lo dejo todo a su cargo por una pequeña cantidad de dinero. Comenzó a llevarlo y muy bien.
Al sentirse responsable pensó cambiar de ubicación y establecerse de su cuenta y se puso en la calle Juan Pablo I con Castellar. En vez de hacer los pedidos por correspondencia empezó a ir personalmente a Barcelona un par de veces al año, lo que le permitió conseguir mejores precios. Como el negocio le iba muy bien, se trajo a su hermano Paco de dependiente. Vendía mucho por la calidad de los tejidos que traía, además busco contactos con los comerciales de Vera, Garrucha, Cuevas del Almanzora y Huércal Overa. Continuaba entrevistándose con los dueños de las fábricas y los pedidos cada vez eran más grandes y así alcanzaban mejores precios. Se fue haciendo de cierta fama. El transporte de Barcelona a Águilas era en el barco” María Ramos”, que quincenalmente venía de Barcelona trayendo pedidos especiales de tejidos, hilaturas etc. El barco de aquí se llevaba borregos y cabras. La llegada del “María Ramos” a puerto era una fiesta.
Al finalizar la primera guerra mundial en 1918, había en Águilas unos 17.000 habitantes. En esa época fue tomando más importancia los tejidos ya que entonces no había confección y todo se tenían que comprar en telas adecuadas. Hasta la ropa interior de las mujeres se tenían que comprar el género, para hacerlas en casa o por las modistas; había mujeres que se habían especializado en confeccionar camisas, así como los cortes de caballero que confeccionaban los sastres. En Águilas había un sastre muy famoso, Baltasar, muy conocido por su buen hacer. Igualmente se confeccionaban, sábanas, cortinas, visillos y todo lo necesario…. Y se traían piezas de género especiales para vestidos de señora, por lo que había varias modistas en la población que tenían sus figurines para que la señora eligiese el vestido que quería. A finales del 1951, empieza a fabricarse un nuevo tejido llamado “tergal”.
Todo esto influyó de una forma muy positiva en el comercio de Eduardo Cas Llamas, por lo que su situación desahogada le permitió primero comprar una casa en la calle Floridablanca y después comprar una vieja que mando restaurar en la calle Juan Jiménez Crouseilles (en la curva que daba vista a la Iglesia de san José) y en ella fue donde se puso el taller de corte y confección. Después compro un trozo de terreno con unas vistas preciosas y fue comprando trozos en un bello paraje del cual solo ha quedado la casa principal y la de los labradores, con su hermosa explanada, debido a la construcción de la actual autopista Cartagena-Vera.
A parte del Comercio de Eduardo Cas, también se establecieron unos jóvenes naturales de Mula, el comercio de “Morales Boluda”, en la esquina del mercado de abastos. Más tarde, como el negocio prosperaba, se estableció otro comercio de tejidos: “El Cuevero”, en la Plaza de España (donde está el Banco Popular). Después se establecieron en la calle Martínez Parra y en la calle Isabel la católica, que paso a ser propiedad de Manuel Pereira.
La venta de este tipo de piezas se prolonga hasta los años 1965/70 y empieza a introducirse en los talleres de confección.
Por los años 1960, su hijo Eduardo Cas Jaime, continuando con la labor que había empezado su padre, en poco tiempo mejoró la firma” Cas” en el ramo de la confección. Monta el primer comercio de confección en la calle Rey Carlos III, “Modas Marvic”. Teniendo años muy buenos contrata más empleados y varios comerciales que visitaban otros comercios de la región y de otras regiones.
Pone otra tienda en Plaza de España con Coronel Pareja,” Modas Calpe”. En Águilas había hasta cinco sastres. Quedándose en aquella época Baltasa, como encargado de la sastrería. Posteriormente, queda como encargado Ángel Ferrer, haciendo pantalones y trajes de hombre. Así llegan a tener más de 20 empleados, poniendo un taller al final de la C/ Rambla (hoy calle Julián Hernández Zaragoza) donde hacían especialmente pantalones de señora. Este taller estuvo abierto unos tres años y creó las marcas Modas: Marvic y Calpe. Nace en el ramo de la confección un pequeño imperio. Hace varios desfiles de alta costura entre ellos en hotel de Calarreona. Hace sociedad con varios comerciantes de Pulpí y de Baza.
Viniendo después la expansión de este tipo de comercios (Corte Inglés, Boutique, en la capital así como en Lorca), la situación se hace más precaria. Los mercados semanales y en especial por motivos de salud, hace que poco a poco la firma Eduardo Cas, tocara su fin a finales de los años 1970, habiendo en águilas unos 17.300 habitantes.
Dentro de las muchas anécdotas que se cuentan, decir que le gustaba pasear con una moto que tenía. Un día, cuando paseaba por el paseo de Levante y a la altura del club náutico, había un grifo para coger agua; un niño llevaba un carro con cántaros de agua para abastecerse y por diversas circunstancias se produjo un accidente, rompiéndose el niño una pierna. Lo llevó a que lo curaran y mientras que estuvo, iba a su casa y le llevaba dulces hasta que se recuperó.
Por aquella época había muchas y buenas panaderías en Águilas. Todos los días le dejaban un pan grande en la tienda para su casa. Debido a las necesidades de la época, pasaban por la tienda pidiendo y a quien le pedía le cortaba un trozo de pan y se lo daba. El resultado era que llegaba a su casa todos los días sin pan.
Eduardo Cas Jaime ha sido importante dentro de la historia de Águilas, especialmente en el ramo de la confección, una persona jovial, innovador y gran amigo de sus amigos. Para los que le conocimos resultaba ser una persona encantadora.
Sirva este escrito para el reconocimiento de su labor en nuestra localidad y un homenaje a su persona.

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