Tierra bañada de soooooooooool!
Águilas paraíso de luz y alegría”. Esto es lo que podíamos ofrecer a aquellos turistas que a finales de la década de los sesenta y principios de los setenta “arribaban a nuestras costa y veían nuestro inmenso mar”. Ahora le podemos ofrecer una inmensa panorámica de grúas y de urbanizaciones en proyecto, unas playas plagadas de medusas y de enigmáticos agentes patógenos que causan misteriosas alergias, cuyas causas aún están por determinar.
Pero la paradisíaca tarjeta postal de esta no siempre bien recalificada población del no menos bien recalificado sureste peninsular podrá ser mejorada en muy poco tiempo.
Podemos ofrecerles a los nuevos y forasteros aguileños un paradisíaco aumento de la delincuencia y asentamiento de mafias, como nos muestra ese gran ejemplo y espejo de población vecina como es Torrevieja y la costa de Orihuela.
Por si esto fuera poco podrán disfrutar delos más modernos robos con violencia y secuestros esprés, tan de moda en las lujosas urbanizaciones catalanas y valencianas, “nosaltres no vam ser meing” como tampoco queremos ser menos que ellos en el número que, esas cuatro provincias catalanas, tienen de campos del golf, pues aun siendo una comunidad uniprovincial y desértica, vamos superar con creces a esos catalanes del controvertido estatut.
Pero ahí no paran las maravillas que esta nuestra “tierra bañada de soooooooooool” podrá ofrecerles a los numerosísimos golfistas que se nos avecinan, pues los pobres nórdicos (y menos nórdicos) no estarán muy acostumbrados a las enormes temperaturas de estas, antañamente considerada por ellos, tierras ya africanas, con lo que disfrutarán viendo como sus ancianos vecinos y compatriotas caen redondos al precioso y bien cuidado césped de su bonito adosado y cómo se integra con la cultura y población nativa en los pasillos atestados del Rafael Méndez, ya se sabe que nuestros promotores y políticos autonómicos siempre han aportado por el mestizaje de culturas, y así comos los numerosos subsaharianos, sudamericanos, magrebíes, rumanos, búlgaros, rusos y bielorusos formaremos una hermosa comunidad de servicios para estos simpáticos y nada racistas extranjeros amantes del señor golf.
Y eso es lo que habrá, por encima de cualquier cultura, religión o credo, un enorme dosier de población acuñando sobre el suelo bien parcelado su futuro; un futuro que se parecerá mucho a aquellos escenarios que la ciencia ficción no ha sabido retratar, problablemente por tratarse de algo absolutamente “improbable” dentro de las expectativas que cualquier estudioso hubiera podido esperar con respecto a la evolución de las sociedades, tal y como hasta hace poco se entendían las mismas, con todos los cambios habidos y por haber. Sin embargo, así se ha presentado la cosa.
Pero como los vendedores de mantas: ni una, ni dos, ni tres,… muchas maravillas podemos seguir ofreciéndoles a nuestros forasteros futuros aguileños, pues, y siguiendo con las exóticas, altas y en previsible aumento, temperaturas de esta nuestra “tierra bañada de soooooooooool”, podrán volver a gozar del encanto de la vida anterior al invento de Thomas Alba Edinson cuando ardan (sumémosle a esto el encanto de las fallas, somos así de generosos), como últimamente lo hacen en Madrid por la sobrecarga, las estaciones generadoras de electricidad, o si nos esforzamos, a este magnifico espectáculo de “luz y alegría” podremos añadirle el plus de los cada vez más frecuentes incendios forestales (bueno aquí debemos esforzarnos mucho para que sean forestales, no por la falta de árboles, que faltan, sino por la falta de suelos de que dispondremos para que pueda, no ya crecer un árbol, sino ya ni una pobre bojalaga).
No se lo podrán creer, pero aun podremos mejorar el paraíso de esta nuestra “tierra bañada de soooooooooool”, pues la inmensa selva de mástiles de los lujosísimos veleros y yates de los numerosísimos puertos deportivos que cuando arriben por nuestra costa y no les dejan ver nuestro inmenso mar, harán que se iluminen sus pupilas creyéndose que están en Montecarlo, pero sin Grimaldis, que aquí somos y seremos siempre muy decentes, pero con una buena cantidad de nuevos ricos (aquellos que pudieron vender alguna explotación tomatera o tierra de lagartos) y con los que a buen seguros se sentirán como si hubieran comido en el mismo plato, eso sí, de diseño.
También si nos esforzamos podemos llevar aun más lejos este paraíso en la tierra que es esta nuestra “tierra bañada de soooooooooool”, y ofrecer un espectáculo marbellí, si alguna vez llegamos a tener juzgados, pero si esto no fuera posible, podríamos como en Bienvenido Mister Marshal figurarlos de cartón piedra y hacer que, como en un happeninig, nuestros representantes locales y eméritos promotores y, en muchos casos, políticos entraran por la figurada, en fin ya se sabe que todo es poco para estos futuros golfistas aguileños. Que harán que junto a nuestras mujeres y nuestras playas sea la bendición para doooooooooos.