Adiós con el corazón…

“Tuve que tomar agua porque me dio un dolor en el corazón. Tal vez sea cierto que uno se pueda morir de alegría… Estoy llorando de alegría porque mi familia fue destrozada por este tirano” Estas palabras fueron pronunciadas por una cubana exiliada en Miami al conocer la noticia de la enfermedad que, dicho sea de paso, podría ser la última de Fidel Castro. Así se expresaba Yanile Nápoles, una joven de 35 años que hasta el pasado año residía en el archipiélago castrista, y cuyas declaraciones (no de amor) han aparecido en varios rotativos nacionales.

Por supuesto que los comentarios sobran, si además se tiene en cuenta que su discurso, con unos matices u otros, era muy parecido al resto de compatriotas que, como ella, “celebraban” el acontecimiento. Que en ciertos momentos de la historia del hombre, algunos líderes han superado las ideologías es bien conocido por todos y que cuando se “levantan las mordazas” se desbocan las palabras, también.

No cabe duda que Cuba va a experimentar un considerable movimiento telúrico en el tiempo que viene, nada fácil, y probablemente contando bien poco con el pueblo…

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