Mucho más que una muestra de Carnaval

Aunque nació con la pretensión de ser una muestra, la noche del 16 de agosto se convirtió en un auténtico Carnaval. Águilas volvió a llenarse de plumas, colorido, cuerva y mucha diversión en la primera edición del que promete ser un acto con mucho futuro.

Más de una veintena de peñas participaban ayer en la I Muestra de Carnaval; un evento organizado por la Federación de Peñas y la Concejalía de Festejos que saldaba con un resultado más que positivo la prueba de fuego que siempre supone iniciar una actividad novedosa.

CarnavalEn el marco inigualable del Paseo de Parra, con el Castillo y la bahía como testigos, se congregaron miles de aguileños y visitantes dispuestos a disfrutar de la quintaesencia de las fiestas aguileñas, esta vez en el mes de agosto. Los peñas no defraudaron, y pese a las altas temperaturas desfilaron con todo su esplendor durante las más de dos horas que duró el pasacalles.

Abriendo el desfile, tras el Ballet Oficial, la Musa. Espectacular, como siempre, a Noelia Molina no le hicieron falta las palabras para explicar a los que por primera vez disfrutaban de este bello festejo la razón por la cual es la inspiración de todos los carnavaleros.

Como no podía ser de otra manera, el resto de personajes de nuestra fiesta grande, Don Carnal, Doña Cuaresma y la Mussona también se sumaron al desfile, en el que tampoco faltaron los personajes infantiles.

Comparsas de baile, como Sinergia, Azabache, Nuevo Ritmo, Serpentina, Esemzia, Duende o Ipanema, desataron los aplausos de todo el público asistente ante las magníficas coreografías de las que todas ellas hacen gala.

Junto a la elegancia de estas formaciones, el descaro de las peñas cómicas puso la nota más divertida. Los amantes del Chichi, El Artilugio, El Mogollón, La rata loca o Zikitrake fueron algunas de las que se sumaron a este peculiar carnaval de agosto al que tampoco faltaron peñas clásicas como La Pirueta o El Tangay, premio especial del Carnaval 2008, y otras, como World Fantasy, de reciente creación.

Pero el final del desfile no supuso el fin de la fiesta. Concluido el pasacalles, la Plaza de Antonio Cortijos abrió sus puertas para dar cabida al mágico Carnaval de la noche al que se sumaron cientos de máscaras, superando así todas las expectativas de participación.

La orquesta Chocolate puso el ritmo a una velada presentada por Marisol López y Manolo Meca en la que, imitando al lunes de Carnaval, todos los grupos fueron pasando, uno a uno, por el escenario del recinto de fiestas. Pese a que sólo un grupo pudo ser premiado, Las Toreras de Osborne, mención especial merecen los originales playeros de Cáucaso, o los siempre divertidos Guiris que, haciendo honor a su nombre, se convirtieron en auténticos veraneantes.

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