«Acompañar a las personas en su fe es lo más grato como pastor»
Una partida es siempre una noticia triste, pero lo es más todavía cuando el que se va es un hombre válido que ha hecho tantas cosas por Águilas y por los aguileños. Un hombre que ha dedicado su empeño diario a acompañar en la fe a todos los fieles que han necesitado alguna vez de su mano.
Esta despedida no ha tenido lugar aún, pero antes de que Don José Ruiz García, hasta ahora párroco de la Iglesia de San José, parta hacia su próximo destino, desde La Actualidad hemos querido hablar con él, porque sabemos que la localidad que ha sido su casa durante más de 6 años notará su ausencia y su enorme labor.
PREGUNTA.-¿Cómo recuerda su primer día en Águilas a su llegada al municipio?
RESPUESTA.- Llegué la tarde del lunes 3 de octubre de 2005, llegué con mis padres porque venía con todas mis cosas desde Torrepacheco y ellos me ayudaron con la mudanza. Esa tarde fueron mis primeros pasos como párroco de San José, hasta que el sábado siguiente, el Vicario, entonces don José Carrasco vino para darme posesión de la parroquia. Recuerdo especialmente como descubrí una comunidad que rezaba al unísono, que tenía una sola voz, y eso lo recuerdo con mucho cariño y además ha sido algo que he procurado mantener, porque cuando un grupo de personas saben rezar juntos es señal de que saben caminar juntos.
P.- Después de todos estos años, ¿Ve Águilas muy cambiada?
R.- La veo sobretodo cambiada en el aspecto que presentaba la cuidad, se nota como ha ido trabajando el Ayuntamiento por Águilas. Se nota también como se está potenciando el nivel cultural de la ciudad, con la presencia del Auditorio y la realización de actividades culturales en la localidad, junto a la Banda Musical de Águilas, que también es cada vez más activa. En fin, hay muchas cosas que han cambiado para bien. Las asociaciones de Águilas cada vez tienes mas iniciativas y es estupendo ver como el pueblo de Águilas responde ante todo esto con inquietudes, que es algo fundamental para que el nivel cultural de la cuidad se vaya superando.
P.- Usted es un párroco muy querido en Águilas y los aguileños están ya sintiendo mucho su partida. ¿A qué se debe su partida? ¿Dónde podríamos dirigirnos para escuchar una Misa suya?
R.- El obispo es el que nos guía y nos dice en cada momento dónde necesita de nuestro servicio y al igual que tuve que venir a Águilas en su momento porque mi antecesor necesitaba prestar más tiempo a su familia, porque sus padres así lo requerían, entonces don Manuel Ureña, que era el administrador Apostólico entonces fue el que determinó que necesitaba que yo viniese a Águilas y ahora, el año pasado yo ya empecé a dar clase en el Seminario en Murcia, en la formación de futuros Sacerdotes y claro, evidentemente el tener que ir a Murcia, durante todas las semanas, dos o tres veces además, pues supone mucho tiempo y además una gran peligrosidad en la carretera. En ese sentido es dónde se ha procurado que el traslado sea a un sitio que esté más cerca de Murcia. Así que el obispo ha creído conveniente enviarme a Totana, concretamente a la parroquia de Santiago el Mayor, donde estaré a 35 kilómetros de Murcia y de este modo notaré el cambio, de 30 min a hora y pico de carretera.
P.- ¿Sabe quién es el párroco que va a venir?
R.- Sí, se llama Manuel Amatriaín, lleva 10 u 11 años en Beniel, y en breve llegará a Águilas junto al coadjutor que se llama José López y lleva dos años ordenado y viene de ayudante.
P.- ¿Qué se lleva de Águilas con su partida?
R.- Lo que uno se lleva consigo yo siempre digo que aparece después, al menos esa ha sido mi experiencia hasta el momento. Cuando he tenido que marcharme de otras parroquias, con el tiempo, he ido dándome cuenta de lo que ha quedado en mí de cada sitio. Pero es con el tiempo.
Cuando yo me entero que iba a venir a esta parroquia estaba en Roma estudiando la tesis del doctorado, y allí empecé ya a rezar por esta parroquia, sin conocer más. Eso sucede en el mes de junio y yo llego aquí en octubre. A partir de mi llegada la oración ya no es sólo por la parroquia, sino que se extiende a personas concretas, con nombre, historias, experiencias y emociones. Haber compartido penas y alegrías con esta gente, por lo tanto lo que va quedando son muchos recuerdos y muchos sentimientos.
Pero el poso, lo que de verdad haya sido Águilas para mí aparecerá en un futuro, deberías preguntármelo dentro de un año.
P.- ¿Se ha quedado con ganas de hacer algo en Águilas y no ha podido?
Bueno, siempre quedan cosas pendientes, porque una de las cosas que se hacen es la de ir caminando con la gente, y cuando uno camina con la gente tiene que ir viendo las cosas conforme se puedan ir haciendo, entonces notado se puede hacer en un momento, sino que tiene que ser una progresión.
Ahora por ejemplo la parroquia queda embarcada en realizar una campaña de evangelización por todo el ámbito de la parroquia. Eso es algo que fue una cosa que llevo creyendo necesaria desde hace un par de años y que empecé a poner en marcha. Para que la gente vea caras nuevas, personas implicadas con la Iglesia, en ese sentido se buscó a un grupo de personas de los Padres paules y las hijas de la Caridad que nos echarían una mano en este sentido. Y aunque en la Cuaresma pasada tuvimos ya una cata, será ahora, en el inicio del nuevo curso cuando hagamos el arado más a fondo para llevar a cabo la tarea. Me gustaría estar aquí durante esa experiencia pero finalmente no va a poder ser. Sí que considero que va a ser una experiencia buena y necesaria también para Águilas y que puede dar unos frutos buenos.
Por eso te digo, las cosas hay que hacerlas acorde con el pueblo junto al que camines, porque caminando es como vas viendo como solucionar las necesidades que surgen durante el camino. Así que muchas cosas quedarán en el tintero pero aquellos que vengan sabrán cómo hacer cosas por él.
P.- Y hablando del caminar de un pueblo, ¿Qué tal camina Águilas en cuanto a la fe?
R.- Águilas no es un pueblo religioso, es un pueblo marítimo, y cómo todas las zonas costeras son así. La persona que tiene fe tiene fe. El que tiene unas costumbres religiosas tiene unas costumbres religiosas y a la inmensa mayoría eso les da igual. Simplemente cuando necesitan algo de la Iglesia piden que se les atienda; el Bautizo o la Comunión del crío, la Boda o el Funeral llegado el caso. Pero lo bueno de Águilas es la acogida, esa acogida humana con la que se atiende a las personas.
Desde esa disposición el aguileño es una persona con la que se puede hablar, con la que se puede trabajar, con la que se puede dialogar, o sea que ese primer paso, lo da el aguileño por su propia naturaleza, no hay que procurarlo, y lo demás ya es cuestión de que el tiempo y el trabajo vayan ayudando en eso.
P.- Dejando a un lado la modestia, sabemos que usted ha hecho mucho por esta parroquia y por la fe de los que aquí vienen de todo lo que ha hecho ¿De qué se siente más orgulloso?
R.- Del acompañamiento concreto a personas concretas, eso es lo más bonito que en mi experiencia como pastor puedo tener.
Es cierto que he hecho muchas cosas, y otras muchas que han sido simplemente una continuación a trabajo que habían iniciado mis compañeros, pero el acompañamiento personal a determinadas personas, donde poder ver como esas personas crecen en la fe, y ese crecer en la fe les proporciona una calidad de vida distinta, eso como pastor es lo más grato que uno puede tener, el acompañar a las personas en sus procesos, eso es lo más bonito. Por eso quiero dar las gracias a los aguileños y a esta parroquia.