Conocer nuestra microbiota para perder peso
La bióloga aguileña Amanda Cuevas escribe sobre la microbiota y la posibilidad de perder peso
Artículo especializado escrito por Amanda Cuevas
La obesidad se ha convertido en uno de los problemas de salud más frecuentes en el mundo. En España, el 45% de los hombres y el 31% de las mujeres mayores de 35 años padecen sobrepeso, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística. No es solo un problema de estética, sino que suele ir acompañado de diabetes tipo 2, eventos cardiovasculares, hígado graso o incluso cáncer.
Cada vez son más las personas que buscan una solución rápida y que por su propia cuenta siguen un plan dietético que les haga perder peso de manera rápida. Este tipo de dietas muy restrictivas son nada recomendables, ya que se basan en la eliminación de importantes grupos de alimentos, la ingesta de muy poca cantidad de comida o la prolongación del ayuno durante horas. No solo son poco saludables, sino que pueden empeorar la situación inicial por el conocido como efecto yo-yo. Por ello es necesario que estén supervisadas por un profesional. Aun así, hay personas que notan que a pesar de seguir estrictamente el plan dietético de su nutricionista, no pierden todo el peso que quisieran, o incluso presentan cierta resistencia a perder peso.
Por ello, gran parte de la investigación en nutrición y obesidad se ha enfocado en la posibilidad de encontrar la dieta perfecta para cada uno de nosotros y que nos permita perder peso eficazmente pero también de manera saludable. En las últimas décadas, los estudios científicos han permitido descubrir que cada uno de nosotros contamos con unas características únicas, es decir, un perfil que nos diferencia de los demás: un estilo de vida propio, unas preferencias por la comida, unos genes distintos y también una microbiota intestinal distinta. En concreto, la microbiota intestinal ha sido foco de atención desde que se descubrió su importante papel. La microbiota hace referencia a todos las bacterias, hongos y virus que viven en nuestro intestino y en los últimos años se ha descubierto que está relacionada con nuestro metabolismo, con la aparición de obesidad, de diabetes, con las alergias, con la pérdida de peso y por supuesto, con las enfermedades intestinales inflamatorias. Estas bacterias utilizan los alimentos que tomamos, interactúan con ellos y por tanto, pueden influir en nuestro peso. En definitiva, las bacterias del intestino tienen gran parte de culpa de nuestro estado de salud. Incluso, las funciones de estas bacterias intestinales pueden influir en nuestras emociones. Por todo ello, han pasado a tener un papel clave en el tratamiento de muchas enfermedades, incluida la obesidad.
Dado el importante papel de la microbiota en nuestro peso corporal y sabiendo que cada uno de nosotros tenemos una microbiota distinta, se ha planteado la hipótesis de que pueda ser utilizada para recomendar una dieta personalizada. Esto quiere decir, que sabiendo qué microorganismos componen nuestra microbiota, podremos saber qué tipo de dieta será más adecuada para nosotros y por tanto perder peso más eficazmente. En ello trabajamos los investigadores dedicados a este campo, con el objetivo de llegar a ser capaces de encontrar herramientas que permitan a los nutricionistas personalizar la prescripción de la mejor dieta para la pérdida de peso en cada persona.
En un trabajo publicado en la revista Clinical Nutrition en junio de este año, pudimos comprobar que había personas que podían llegar a perder hasta 10 kilos más si seguían una dieta personalizada según su microbiota. Esto supone un gran avance ya que la mayoría de las herramientas de nutrición personalizada actualmente se basan solo en datos genéticos del paciente, lo que resulta útil pero no es información completa para personalizar las dietas.
De la misma manera, en la actualidad trabajamos en un proyecto denominado CLiMB-Out en el que participamos investigadores de IMDEA Alimentación Madrid, con el objetivo de encontrar bacterias intestinales relacionadas con la aparición de obesidad en niños. Esto significa que analizando la microbiota intestinal de los niños podríamos saber quiénes tienen más riesgo de padecer obesidad en la edad adulta, lo que permitiría “poner remedio a tiempo”, prevenir enfermedades, ahorrar costes en el sistema sanitario y mejorar enormemente la calidad de vida de estos niños en la edad adulta. De esta manera las bacterias del intestino se convierten en nuestro mejor aliado no solo como herramienta para que sigamos la mejor dieta para cada uno de nosotros, sino como predictor de las posibles enfermedades metabólicas que pueden sufrir los niños en la edad adulta.
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