Los japos
Otra cuestión clave , cuando se viaja, para observar y deducir un silogismo que sea siempre cierto, una tautología vamos, es la que se refiere a los japoneses. Por donde eches hay japoneses, en las ciudades más artísticas sobre todo, que tienen muy buen gusto los jodíos , en los cascos históricos verás cientos, miles incluso, de japos, paseando en grupo y haciendo fotos a todo lo que no se mueve.
Aunque les veas por detrás y no puedas asegurar que tienen los ojos rasgados, sabes que son japoneses por la forma de andar : andan con muchos pasos, más de los que son realmente necesarios para avanzar y no caerse, y es que, aunque tengan sus piernas orientales algo más cortas que las del resto de la peña, debe haber una costumbre zen que les obligue a dar pasos muy cortos, o seguramente será por respeto al emperador. La cuestión es que cuando les ves a miles en Madrid, Barcelona, París, Milán, Londres, Viena o Roma, llenando museos y salas de concierto, universidades y exposiciones de todo tipo, uno que pueda definir correctamente lo que ve y deducir algo lógico de ello, es que deben tener descartada la posibilidad de volver todos a su país, de golpe.
No imagino al Japón que vemos en las noticias, donde hay empujadores de ciudadanos para encajarlos en los metros, con toda la peña que tienen fuera, de vuelta a casa.
La isla no es muy grande, y no está despoblada así que la cuestión de que se presenten allí todos los que están en Europa , por decir un continente, de una semana para otra porque a la señora del emperador le ha dado otra depresión, pues eso que no lo veo.
Ni sería conveniente, porque no sería la primera vez que invaden China, que allí sí que hay más sitio.
Esa es otra, los chinos no salen tanto, todavía, porque cuando empiecen, nos vamos a enterar. Ya han ido, con buen ojo, instalando sus restaurantes para cuando vengan y no quieran tortilla de patatas, soufflês ni rosbeef. Debe haber un archivo en Japón de nuestros edificios y de nuestras calles, siempre con una japonesa delante, por supuesto, que pa qué las prisas. Que les he visto grabar conciertos enteros, que les he visto pedir una famosa tarta de chocolate, en su lugar de creación, para hacerle una foto…..y no comérsela: la chica hizo la foto con el teléfono móvil, la envió a Japón y se la dejó. Posiblemente se tratara de una japonesa diabética.
De todas formas son gente muy pacífica, educada y todos saben inglés. Lo que no todos los españoles podemos afirmar.
Nosotros tenemos (y no porque no podamos sino porque no queremos) poca capacidad para los cambios, aunque sean de una semana. Los japoneses , por ejemplo , no suelen tener problemas para comer cualquier cosa, pero donde no les verás nunca es en un restaurante chino. Es curioso porque aquí pensamos que las comidas deben ser similares, pero no, que los chinos cuecen las cosas antes de comérselas.
Nosotros, es mi sensación, protestamos porque adoramos nuestra comida, pero al final nos acostumbramos a comer sin pan o a dejarnos el Rioja por unos días, que si en España está caro, no veas por ahí fuera.