Tres puntos ante un “gallito” de la categoría
El Águilas que todos queríamos ver, desarrollando un juego capaz de encandilar a la afición. Los albiazules se llevan la victoria en el histórico Rubial, después de ganar por 1-0 al Universidad de Las Palmas en un partido de gran pegada e intensidad en el juego. Y es que, sin duda, se enfrentaron dos equipos que de buen seguro estarán en los puestos cabeceros en las últimas jornadas de la segunda vuelta, en la disputa por los puestos que dan acceso a los play off.
El partido fue entretenido y tanto los de Tino Luis como los canarios tuvieron sus minutos y ocasiones de gloria. Con el termómetro marcando los 31 grados centígrados, serían los aguileños los que pondrían aún más calor al partido con un tempranero gol, cuando transcurría el minuto 4 de juego. David Franch, quien jugó en una posición más adelantada, acertó a rematar un centro medido, desde la banda, de Pablo Suárez. Con la ventaja en el marcador, los albiazules controlaron por completo el esférico, ofreciendo un gran espectáculo que agradeció la afición, sobre todo la masa del Frente Aguileño Las Yucas, enloquecida ante el buen juego de los locales.
Siguió apretando el Águilas, aunque la Universidad de Las Palmas pronto empezó a despertar, creando más de una ocasión de peligro antes de llegar al descanso.
Ya, en la segunda mitad, el choque empezó con mucho ritmo pero con pocas ocasiones. Tino Luis realizó varios cambios buscando asegurar la ventaja en el marcador; así, dio entrada al canterano José García por Rufino, mientras que más tarde entrarían Xavi Pelegrí y Meca, por Romerito y Navarro.
El Universidad de Las Palmas fue apretando, controlando el balón, mientras que los locales apretaban los dientes para aguantar el chaparrón, bien resguardados por José Juan, candidato a Zamora si sigue dando tan buenas sensaciones.
En fin, justa victoria para los aguileños que jugaron una buena primera parte, sobre todo durante los 35 primeros minutos, donde fueron una apisonadora con un juego que levante la ilusión… ¿Y si jugaran así durante los 90 minutos? Todo se andará…