La escuela pública
Desde hace varias semanas, un periódico de más rango que éste (de más rango sólo en cuanto a la tirada, no les quepa duda), vamos uno regional, viene publicando un tercio de página diario hablando de los tremendos desvelos de una familia murciana típica para afrontar los costes de dos niños que empiezan el colegio en este curso. La forma de plantearlo, en principio, es interesante y, sin duda, vende, porque es preocupación de casi todos lo españoles en estas fechas.
Es, para la periodista, como bajar varios escalones para situarse al nivel de la calle, a la altura del ciudadano vulgar y corriente, para hacer más cercano el periodismo. Chachi.
Se ha establecido el artículo como una serie, en la que se van incorporando nuevos capítulos marcados principalmente porque en el capítulo anterior se habían olvidado los calcetines de la niña o la agenda de 18 euros del niño (de piel legítima, sin duda).
El gasto principal, según nos dice la señora ó señorita Sánchez son los libros que ascienden a más de 300 euros (unas cincuenta y seis mil pelas). Hasta ahí bien porque los libros de una chica de cuarto de la ESO andan por unos 150. Pero luego se inicia una serie de gastos que la familia NoSeQué – Sánchez ha tenido que afrontar. Curioso, parece que la que firma los artículos trata de alguien que conoce : ¿su hermana? .
Pues entonces, digo, aparecen los gastos de matrícula, en casi 300 euros más, que no acabo yo de entenderlo: las escuelas donde acude la gente de la calle antes no cobraban matrícula, la enseñanza pública no cobra al ciudadano que yo sepa. Va incluido en el pack de ser español (o inmigrante) y en los impuestos que el mismo paga. Pagar en matrícula casi tanto como en libros parece un poco alejado de la inmensa mayoría de los españoles (y mucho más de los inmigrantes) por lo que la cercanía entre la prensa regional y el ciudadano de a patita ya no parece tanta. Yo es que no lo entiendo: debe tratarse de que los Sánchez quieren llevar a los nenes a algún colegio de paga, a alguna escuela privada. Va a ser eso. Qué tonto.
Lo que digo, alejándose de la gente, de la sana y sabia mayoría de la gente.
Pero luego es que van y se gastan otro pastón en los uniformes de los nenicos . No sé si se trata de los del Bando de la Huerta (como es en la capital…..), con sus refajos y zaragüeles, porque valen una pasta gansa. Va a ser eso: para el Bando……..
También nos falta que sumar la famosa agenda de piel de cabra virgen, los calcetines (que de otro modo, también hubiera necesitado la nena) los folios y los bollos para toda la semana de los desayunos de los chicos. Que parece que la barrica de pan fresca de cada día debe ser más saludable….y más barata, buena mujer. El caso que la cosa se les pone, a la familia tipo elegida, en más de treinta mil duros (de los de antes) , de los que más de la mitad son para evitar ir a la escuela pública.
Hablemos claro, que no caro: que salirse de la masa vale un huevo, que hay que pagar como decía Gila: hasta el desgaste del patio del colegio. Que el que algo quiere, algo le cuesta. Que desmarcarse de los de a pié vale perricas. Pero, oye, si las tienes y puedes mandar a tus nenes a un colegio de paga y llevarlos tol santo día con uniforme, pues que te lo permitas, que estás en tu derecho. Que de hacer murcianos pijos a nuestros nenes huertanos siempre estamos a tiempo.
Eso es lo bueno que tenemos: la libertad de ir donde queramos y llevar a nuestros nenes vestidos de Bando tol santo día. Que un día te lo agradecerán , que les has sacado de la chusma para elevarlos sobre la gente de a pié, que les demuestres que les quieres más que esos desarrapados que todavía se mantienen en la pública. Porque es gratis, mayormente. Que nos mantenemos en la pública
No sé si el año que viene, el artículo hablará ya del coste ineludible de los palos de golf para los nenes murcianos.