El mundo de la moda camina hacia la inclusión
El mundo de moda es una industria de repercusión mundial que mueve miles de millones de dólares al año. Es, por tanto, una de las industrias más importantes del planeta Tierra.
El canon de belleza actual
La sociedad cambia y las expectativas y los roles de género lo hacen en consonancia. Tradicionalmente el mundo de la moda ha sido visto como un mercado enfocado únicamente a las mujeres. De los hombres se esperaban otras actitudes más “masculinas”, como el gusto por los deportes, los automóviles o las motocicletas. El cuidado personal del hombre se miraba con recelo y hasta hace bien poco, a aquellos a los que se preocupaban por esas cuestiones se les colgaba rápidamente la etiqueta de “homosexuales”. Un ejemplo claro de la habitual antipatía que levantaban estas cuestiones en los hombres lo tenemos en el caso de Coca-Cola. Un estudio que elaboró gigante estadounidense tras sacar su famosa Coca-Cola Light reveló que los términos “light” y “diet” provocaban un rechazo entre los consumidores varones. Cada vez más, los hombres se preocupan por su imagen, su higiene personal y la moda.
Durante décadas el canon de belleza de la mujer ha rondado unos estándares prácticamente inalcanzables para la mayoría de las mujeres: guapas, altas y con unas medidas de 90-60-90.
Como además se había extendido la creencia de que la mujer, por encima de cualquier otra virtud, tenía que ser bonita, muchas mujeres se sentían esclavas de una imagen irreal, lo que socavaba su autoestima y confianza.
Poco a poco el ideal de belleza va cambiando. Se empieza a imponer, de nuevo, el cuerpo de una mujer con curvas, una mujer, al fin y al cabo, con un cuerpo más normal. Ya no es necesario tener una genética privilegiada, pasar las horas haciendo ejercicio en el gimnasio y vigilar cada una de las calorías ingeridas.
Desfiles inclusivos
Esta nueva corriente comienza a abrirse paso en el mundo de las pasarelas. Los desfiles empiezan a hacerse más humanos; se abren hacia el mundo en general, con sus imperfecciones perfectas, con unas historias de vida que, aunque no renuncian a cuidar la figura, no hipotecan su existencia por entrar en unos pantalones de la talla 36.
La muestra de que las pasarelas empiezan a abrirse a la vida real la podemos encontrar en el último pase de la firma Chromat, que tuvo lugar en la prestigiosa Semana de la Moda de Nueva York. Chromat celebró sus 10 años de existencia con un desfile inclusivo, algo habitual en la firma. En la pasarela neoyorkina lucieron los modelos de Chromat mujeres que durante años han estado alejadas de los desfiles: mujeres de raza negra, transgénero o modelos de tallas grandes, como una muestra de la pluralidad que habita en el mundo, para que cada mujer se sienta identificada y representada en un mundo que tenía la costumbre de darles la espalda.
Otro paso más hacia la inclusión, por ejemplo, ha sido la contratación de Valentina Sampaio, una modelo transgénero brasileña, como una de las representantes de la firma de ropa interior Woman´s Secret.
Aún queda mucho camino que recorrer, pero cada vez estamos más de cerca de tener unas pasarelas que se ajusten a la vida de las mujeres y de los hombres del mundo real.